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miércoles, 1 octubre,2025

Rusia levanta la moratoria y se prepara para desplegar misiles de corto y medio alcance

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El Gobierno ruso ha anunciado formalmente este lunes el fin de la moratoria que se autoimpuso en 2019 sobre el despliegue de misiles de alcance medio (500–5.500 km) y corto (500–1.000 km), algunos con capacidad nuclear, decisión que representa un hito en la dinámica estratégica global desde el colapso del tratado INF firmado en 1987 entre Estados Unidos y la Unión Soviética. La Cancillería rusa ha declarado que el país “ya no se considera ligado a las limitaciones que se impuso en el pasado”, tras considerar que sus alertas no han tenido respuesta por parte de EE. UU. ni de sus aliados europeos o asiáticos.

La decisión se produce después de que Washington desplegó en Europa, Asia‑Pacífico y Oceanía —incluyendo a Australia, Filipinas y Dinamarca— sistemas capaces de portar misiles de corto y medio alcance, como el Typhon y lanzaderas Mk70 instaladas por Lockheed Martin. Moscú ha denunciado que estas iniciativas son manifestaciones prácticas de una carrera armamentística que amenaza la seguridad estratégica rusa.

El ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, afirmó en diciembre que la moratoria ya no es viable ante la proliferación ofensiva de misiles occidentales, lo que obligaba a Rusia a retomar el despliegue activo de sistemas similares. El viceministro Serguéi Riabkov, por su parte, informó que la nueva postura no incluye un despliegue automático, aunque advirtió que cualquier acción “desestabilizadora” por parte de la OTAN dispararía una respuesta estratégica rusa.

El presidente Vladímir Putin ha sumado al arsenal ruso el misil hipersónico Oreshnik, capaz de alcanzar velocidades de Mach 10 y múltiples ojivas guiadas, que ya fue utilizado en Ucrania en noviembre de 2024 como prueba de fuerza contra una fábrica en Dnipro. Moscú ha anunciado que espera desplegarlo en Bielorrusia en la segunda mitad de 2025.

Una de las implicaciones obvias de esta decisión es la posibilidad real de que Rusia reanude la producción en serie de misiles de alcance intermedio y corto, en clara correlación con la creación del supuesto “Iskander‑1000”, variante extendida del sistema Iskander‑M que permitiría alcanzar Europa occidental si se desplegara desde Kaliningrado.

La medida aviva el temor a una nueva carrera armamentística global, como advertía en su momento el gobierno estadounidense y varios aliados europeos. Desde 2019 no existen mecanismos formales para controlar este tipo de armamento terrestre, y el fin de la moratoria rusa refuerza la percepción de que los tratados históricos han sido sustituídos por intereses estratégicos agrupados en bloques rígidos

Redacción
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Equipo de Redacción de elburgado.com

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