La estatua de Victor Noir, esculpida a tamaño natural por Jules Dalou, en el cementerio Père Lachiase en París, ha adquirido una reputación mítica y erótica. La escultura tiene una protuberancia notable en la bragueta de sus pantalones, lo que ha hecho que se convierta, desde los años 1960, en uno de los monumentos más populares entre las mujeres que visitan el cementerio.
Se cree que tocar ciertas partes, específicamente los labios y el abultamiento en sus pantalones, trae fertilidad y buena suerte en el amor, lo que ha provocado que esas zonas estén visiblemente desgastadas y brillantes en comparación con el resto del bronce envejecido.
Victor Noir, cuyo nombre verdadero era Yvan Salmon, trabajaba para el periódico La Marseillaise. Fue asesinado por Pierre Bonaparte, sobrino del emperador Napoleón Bonaparte, durante una disputa política. Su muerte fue ampliamente publicitada y generó una gran conmoción, siendo considerado un mártir republicano. La escultura notablemente detallada y realista, representa a Noir yaciendo en el suelo, tal como se supone que cayó después de ser asesinado.
La estatua no solo es una obra de arte destacada. También es un ejemplo de cómo los monumentos funerarios pueden adquirir significados y rituales que evolucionan con el tiempo. Su tumba es una de las más visitadas en el cementerio parisino, convirtiéndose en un símbolo tanto de la historia política francesa como de las curiosas creencias populares que la rodean.