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Para Almodóvar, Bardem y otras estrellas del firmamento español, la entrega traicionera del Sahara, contra todas las instancias jurisdiccionales internacionales, mediante carta privada de Pedro Sánchez, sin contar ni con su Gobierno ni con las Cortes, a Mohamed VI, no viste intelectualmente y por lo tanto: silencio.
Los atropellos a los derechos humanos por parte de Marruecos a una comunidad que compartió hasta 1975 dnis con todos nosotros no parece llamar la atención a la progresía española, ni a buena parte de la canaria, incluido el presidente del cabildo grancanario que ya se olvidó de sus amigos saharauis.