Parece que Zapatero también se va a Lanzarote. Tendrá que cortar las ramas de la palmera de su casa, porque están chungas; que mande a un jardinero que en Famara hay unos cuantos. Aquí vive por temporadas el mediador de Maburro como un rey, con Sonsoles y con las góticas que –dicen— mantienen abiertos suculentos negocios en Venezuela. Zapatero ha encontrado su filón en el país del Caribe y dicen –dicen— que hasta tiene una mina de oro en la selva venezolana. ¿Será por Canaima, o por ahí? Tampoco sé si ha puesto a Sonsoles a cantar en el Teresa Carreño, un teatro caraqueño donde ha actuado lo más selecto del mundo de la canción y donde se ha representado lo más selecto del teatro y donde ha estado presente lo más selecto del arte. No creo que Zapatero haya pisado ese teatro, porque Zapatero no va a la ópera desde que lo invitaron los Obama en Nueva York, cuando el presidente USA le perdonó que no se levantara al paso de la bandera de los Estados Unidos, en un desfile de las Fuerzas Armadas, en Madrid.
Bueno, pues ya tenemos la casa de Zapatero en Famara, la garita que han construido enfrente para la Guardia Civil, que cuenta con conexión a internet y otra de televisión, y uno de los coches camuflados de la Benemérita que cuidan del lugar, allí aparcado. Además, Zapatero tiene derecho a escolta, vehículo oficial, chófer y secretario por haber sido presidente y gana alrededor de 75.000 euros al año, sólo en España. Los pagamos nosotros. Luego, él va, ayuda a Maduro y gana mucho más, claro. Y, si no es verdad lo que digo, que denuncie las elecciones fraudulentas de su amigo del alma y la corrupción en Venezuela, que es mucho mayor que la de España –aunque la de España sea también enorme, si no que le pregunten a la familia del otro cigarrón–. A este no le hacen inspecciones de Hacienda, como al novio de Ayuso y a los periodistas que no le lengüetean las nalgas al poder. Zapatero no será llamado nunca por la Agencia Tributaria, ni recibirá en su casa de León, en la de Madrid ni en la de Lanzarote una carta negra de Hacienda. Es que hay mucho tío fresco en este país. Y el otro haciendo pesas en la casa del rey Hussein, paz descanse, como si fuera un pachá. Arriba, parias de la tierra/a mí, famélica legión. Por los cojones. Estos dos se agarraron a la teta y va a ser difícil que la suelten.
Y en Lanzarote, la dotación de la Guardia Civil que está para proteger a los ciudadanos los protegen a ellos, porque son los señoritos que han gobernado y que gobiernan en España. No se cortan los tíos. Hoy me va a salir esto monográfico y no me gustaría porque los protagonistas tampoco me gustan un pelo. Ni tampoco tienen un pelo de tontos. A ver qué dice el grupo de Puebla de Zapatero. Esos progresistas, algunos de andar por casa, que son de izquierdas cuando les conviene y que se alinean con la derecha cuando les viene bien y que se creen en posesión de todas las verdades. Pues muchos líderes del grupo de Puebla han puesto a caer de un burro a Maduro, así que a Zapatero se le espera. Pero no sólo se le espera en Lanzarote, sino dando su opinión de los crímenes de su amigo, con quien se da besitos en la boca, aunque se trate de una metáfora de la inteligencia artificial. Por si éramos pocos, parió ZP.
Zapatero y Maduro haciendo un Rubiales. Parece que es ficción.