Por agotamiento

Es muy posible que la táctica socialista sea seguir adelante con sus despropósitos y ganar por agotamiento al pueblo español. Es difícil, excepto en Venezuela, que en un país se hable tanto de política y exista mayor corrupción que en España. A nadie parece importarle, pero las enormes sumas que están manejando para sí los políticos hace tiempo que han  rebasado los límites de la tolerancia cero. Somos la vergüenza de Europa y hasta los principales medios de los Estados Unidos se hacen eco ya del desastre institucional que vive España, un país endeudado hasta límites no tolerables pero en el que, paradójicamente, la economía se sostiene. Por eso se mantiene Sánchez, porque paga los subsidios, las pensiones y las prebendas. De lo contrario ya habría convocado elecciones. España es hoy un pozo de corrupción, el país de la Unión Europea donde más se roba, y me parece que la situación está a punto de reventar. Es una situación inquietante, que turba al país entero y que puede acabar, incluso, con la democracia. Porque tanto cinismo y tanta caradura no puede mantenerse durante más tiempo. Hace tiempo que digo que la limitación de los mandatos presidenciales a dos consecutivos es la solución más práctica para un país condenado a soportar años y años las mismas caras, los mismos despropósitos, las mismas corrupciones e idénticos comportamientos delictivos, como el de un fiscal general del Estado, el tal García Ortiz, que se niega a dimitir a pesar de haber sido imputado por la Sala Segunda del tribunal Supremo, por unanimidad de los cinco magistrados que formaban el tribunal. Bonito espectáculo el de un fiscal general declarando ante un magistrado del alto tribunal y teniendo que dar explicaciones por unos comportamientos supuestamente delictivos, que han provocado el inicio de un procedimiento penal en su contra. ¡El fiscal general del Estado! Nos estamos acostumbrando al chanchullo que ha creado Sánchez en España, con su panda de ambiciosos amiguetes colocados a dedo en las instituciones, con el único motivo de mantener al “Número 1” en el poder. Aquí parece que el que resiste, gana, y parece que son los malandros los que resisten por el momento.