
Lamento tener que hablar de mierda, pero es mi obligación. El Ayuntamiento del Puerto de la Cruz, por fin, informa de la situación de la caca y otros residuos que el Puerto recibe de sí mismo, de Los Realejos y de La Orotava, en su depuradora situada en las inmediaciones del barrio de Punta Brava. Ayer, la consejera insular, Blanca Pérez, visitó las instalaciones de la planta de residuos. Y el Ayuntamiento, por fin, informa a los ciudadanos, aunque ustedes pueden creerse o no lo que informa.

La primera conclusión es que la playa estará en disposición de que la gente se bañe, sin riesgo de coger una infección culera, antes del verano, aunque no da la nota municipal fecha concreta. La segunda conclusión es que Balten, la empresa insular que gestiona las balsas y todo eso, es la encargada del seguimiento de las obras: un sistema de tratamiento terciario que permitirá regenerar el 100% de las aguas en la estación de Punta Brava. Y se instalará otro sistema de bombeo “de última generación” para llevar los caudales de agua depurada a las medianías y utilizarlas para riego. Y la tercera conclusión es la inmediata licitación de las obras de reparación del emisario submarino de Playa Jardín –bonito sitio para un emisario–, con un precio de 2,7 millones de euros y un plazo de ejecución de 16 meses. No sé cómo se puede compatibilizar ese plazo de 16 meses con la apertura de la playa en verano, yo me he quedado un poco confuso, pero, bueno, a lo mejor le llega al misario menos agua sucia y, como consecuencia, se produce menos mierda. La nota, por fin, se hace pública cuando se ha originado una polémica en las redes entre el grupo gobernante y la oposición municipal, en lo que se refiere a quién miente más, si los unos o los otros. El olor a mierda sigue en la zona, de esto doy fe, y la gente está harta de mentiras, sobre todo los comerciantes y hoteleros de los alrededores de Playa Jardín y de Punta Brava, entre los cuales está el Loro Parque, que no es comercio ni hotel, pero es parque.

Esperemos que no coja el agua para sus delfines de Playa Jardín porque un día se los encuentra muertos del todo. Se morirán hasta los loros porque el pestazo es insufrible. Mucho había tardado la tal Blanca Pérez, consejera de cualquier cosa en el Cabildo, en visitar la estación depuradora y ya sabemos que en la solución del tinglado interviene la Comunidad Autónoma, el Cabildo y el Ayuntamiento portuense, aunque también deberían involucrarse los municipios de La Orotava y Los Realejos, ya que aquí, en el Puerto, recibimos la caca de sus naturales. En fin, que parece que la cosa, al menos, se mueve y que en el Cabildo se están tomando con más interés el problema de la mierda en la costa portuense, visible con sólo echar una ojeada. Ayer recomendábamos a Marco, el de la oposición, y a Leopoldo, el alcalde, que cuando esté resuelta la cosa se metan en la playa, como Fraga y el embajador USA Lodge en Palomares, ataviados con sendos meybas y flotadores de seguridad –tipo pato– para demostrar que no le tienen miedo a los truños como ruedas de churros y que la cosa está resuelta. Según dice el Ayuntamiento, esto ocurrirá antes del verano. Pues ojalá sea verdad, cristiano. No mientan más y pónganse a ello, en vez de tanto carnaval y de tanta machangada.