La base espacial y militar de Pituffik, ubicada en el noroeste de Groenlandia, ha vuelto a captar la atención internacional tras la reciente visita del vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, el pasado viernes 28 de marzo. Este remoto enclave, situado a 1,200 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico y a solo 947 millas del Polo Norte, es la instalación más septentrional del Departamento de Defensa de EE.UU. y desempeña un papel crucial en la seguridad nacional del país, especialmente en la detección de misiles balísticos y la vigilancia del espacio.
La visita de Vance, acompañado por su esposa Usha y altos funcionarios como el asesor de seguridad nacional Mike Waltz y el secretario de Energía Chris Wright, se produjo en medio de una creciente controversia diplomática. El viaje, originalmente planeado como una gira más extensa por la isla, fue reducido a una parada de un día en Pituffik tras protestas de las autoridades groenlandesas y danesas, quienes criticaron la falta de consulta previa por parte de Washington. Esta tensión se suma a las reiteradas declaraciones del presidente Donald Trump sobre su intención de adquirir Groenlandia, un territorio autónomo danés, argumentando su importancia estratégica y económica.
Pituffik, rebautizada en 2023 para honrar la herencia cultural groenlandesa y reflejar su rol bajo el mando de la Fuerza Espacial de EE.UU., alberga a unos 150 efectivos estadounidenses, junto con personal danés y groenlandés. Construida inicialmente durante la Segunda Guerra Mundial para proteger la isla de la influencia nazi tras la ocupación de Dinamarca, la base ha evolucionado desde entonces. Hoy, cuenta con un radar avanzado para detectar ataques de misiles sobre el Polo Norte y sirve como centro de control de la red de satélites militares estadounidenses. Además, posee el puerto de aguas profundas más septentrional del mundo, lo que refuerza su valor geoestratégico.
Durante su discurso a las tropas en Pituffik, Vance acusó a Dinamarca de «no haber invertido lo suficiente» en la seguridad de Groenlandia y sugirió que la isla estaría mejor protegida bajo la influencia estadounidense. «No podemos ignorar las ambiciones de países como China y Rusia en esta región», afirmó, subrayando la necesidad de una mayor presencia de EE.UU. en el Ártico. Aunque descartó el uso de la fuerza militar para expandir el control estadounidense, Vance expresó su confianza en que los groenlandeses eventualmente optarán por alinearse con Washington en lugar de Copenhague.
La visita desató reacciones mixtas. En Nuuk, la capital groenlandesa ubicada a 1,500 kilómetros al sur de Pituffik, algunos habitantes y líderes locales expresaron su malestar por lo que perciben como una presión estadounidense sobre su soberanía. El nuevo gobierno de coalición groenlandés, formado el mismo viernes y liderado por Jens-Frederik Nielsen del partido Demokraatit, fue interpretado por algunos como una señal de resistencia a las intenciones de EE.UU. Mientras tanto, el ministro de Asuntos Exteriores danés, Lars Løkke Rasmussen, calificó de «positiva» la decisión de limitar la visita a la base, evitando un mayor roce diplomático.
La relevancia de Pituffik trasciende su ubicación aislada. Estratégicamente situada en la ruta más corta entre Europa y América del Norte, Groenlandia es vista como una pieza clave en el tablero geopolítico del Ártico, especialmente ante el aumento de la actividad rusa y china en la región. Además, su riqueza en minerales de tierras raras y recursos naturales la convierte en un objetivo económico. Sin embargo, la historia de la base también está marcada por controversias, como las tensiones derivadas de su construcción en 1951, que incluyó el desplazamiento forzado de comunidades locales.
Mientras Trump insiste en que Groenlandia es vital para «la paz mundial» y Vance aboga por una mayor inversión estadounidense, la visita a Pituffik pone de relieve las complejas dinámicas entre Estados Unidos, Dinamarca y Groenlandia, un territorio que, aunque pequeño en población (57,000 habitantes), ocupa un lugar desproporcionadamente grande en la estrategia global.





