Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua española, ser patriota es: “Persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien”.
La ministra Ana Redondo, sin que se le desviara el gesto, manifestó en estos días que “ser patriota es pagar impuestos, ser un demócrata es pagar impuestos”. Y esta no ha sido una frase que la señora se sacara de la chistera, simplemente repite como un loro el mensaje ya enviado por su amado líder en marzo de 2024, cuando tras el acuerdo alcanzado con los independentista para su investidura manifestó: “el patriotismo es pagar impuestos”.
Aquí en España va todo de pagar impuestos, incluso a los valencianos, que un mes después del desastre natural que sufrieron siguen luchando por recuperar su día a día, no sus pertenencias, que ya saben que las han perdido, no su normalidad, porque es imposible cuando te despiertas todos los días y miras por la ventana, cuando abres el grifo y no hay agua, cuando en muchas zonas aún no han recuperado el suministro eléctrico; pero el Gobierno Valenciano ha prometido 400 millones, de los cuales en un mes únicamente ha dado 20 millones; el Gobierno central ha prometido 16.700 millones de los cuales únicamente ha dado un 5 % a través del Consorcio de Compensación de Seguros.
Pero todo son impuestos, así que anuncia el Gobierno una ayuda para recuperar el parque móvil de 465 millones, y recaudará el Gobierno a través del IVA 504 millones; es decir, recupera más de lo que presta. Hasta las ayudas que ha dado Juan Roig estarán sujetas a impuestos, el que sea, pero al Gobierno, perdón, al Estado hay que pagarle.
Pero ante toda esta moda del “yolandismo” institucional que se ha instalado entre nosotros, es decir, hablar horas sin decir nada y prometer sin compromiso, nos llega el sustituto Lobato en Madrid, y nos suelta la perla de que “la organización está por encima de la persona”. Y tal es así, que para los socialistas la organización tiene un nombre, llamado Pedro Sánchez, al que todos rinden homenaje y aplauden como focas en un congreso federal, pero se esconden a las cámaras y no quieren ser fotografiados, y menos aun cuando se recuerdan imágenes de amigos de Sánchez y Ábalos, como es Aldama, en las Elecciones del año 2019.
Únicamente una valiente se ha levantado, una militante de la delegación de la Izquierda Socialista, haciéndose un silencio duro y profundo, que solicitó que se debatiera sobre la gestión de la Comisión Ejecutiva y pidió más participación de las bases. Evidentemente no se votó nada, se le dio las gracias y se le dijo que se tomaría nota en las actas; y es que lo que ha quedado patente en ese congreso federal es que la capacidad de mentir sin sonrojarse que tienen los miembros del Gobierno de España del PSOE, es digna de estudio. Miedo da pensar que en estos días ya nos han advertido de que nos quedan tres años… y los que vienen.
Mientras, en España, el líder de la oposición, el señor Núñez Feijó, se nos va de congreso con UGT a sacarse la foto con otro Sánchez, y alaba a los agentes sociales, de la misma forma que días antes había alabado su infancia y cómo, siendo niño, “seguía con interés la procreación de los conejos”, video que insto a buscar en las redes y escuchar con atención, porque llegué a pensar que estaba trucado pero no, es real como la vida misma, y deja retratado a quién dice ser el líder de la oposición. Que mientras a su otro amado líder, el señor Rajoy, lo echaron a patadas, él no mueve ni un dedo por ayudar a España. Pero, claro, entre gallinas, golondrinas y la procreación de los conejos está el hombre suspirando.
Y cuando nada puede ser peor, nos llega un retrato a lo Katharine Hepburn, donde la que es la reina de España, aquella periodista sencilla y que no quería ser alteza, se nos viste de estrella, la misma que quiere ir de incógnito y aboga por la República, acompañada de un pobre que ya no sabe dónde ponerse cuando no lleva al pin en la solapa. No sé si el retrato lo pagamos con nuestros impuestos, como buenos patriotas, o si sale de sus bolsillos, pero recrea como nada el momento social que pasamos, porque mientras unos salen en la portada por su esplendor y majestuosidad, otros aparecen por haberlo perdido todo y nadar en lodo un mes después, otros muchos por sobrevivir cada día y mirar con miedo la cuenta para llegar a fin de mes, otros con miedo de salir de casa y que te atraquen a plena luz del día con la impunidad que te da la nacionalidad, y otros muchos por ser unos buenos patriotas y pagar religiosamente los impuestos que tocan, para mantener un régimen del 78 diseñado para mentir.