Ese ministro pequeño que dirige la política española, Albares, no tiene la imponente presencia de un Fernando María Castiella, ni la inteligencia de un Margallo, pero es que tampoco aconseja bien a Sánchez, si es que el felón de La Mareta se deja aconsejar. Ahora ha organizado un viaje a Mauritania, Gambia y Senegal. Un viaje sin programa. Un viaje que no sirve para nada, porque no hay establecidas contrapartidas, no hay nada, sólo promesas que no puede cumplir sobre inmigración porque tampoco lleva el mandato de la Unión Europea, ni Sánchez pinta nada en ella. ¿Por qué no viaja a Marruecos? Pues por lo que todo el mundo sabe, porque Marruecos tiene a Sánchez y familia cogidos y bien cogidos. Marruecos, aliado de los Estados Unidos, pasea sus barcos en maniobras por aguas canarias y no hay protesta oficial. Sólo un viaje de la ministra de Defensa por los islotes de soberanía, como un golpe de fuerza ficticio y pequeñito ante Marruecos y nada más. Como cuando Aznar “tomó” Perejil. Sánchez no tiene zorra idea de lo que está ocurriendo con la inmigración, ni tampoco de cómo tratar a los vecinos que amenazan. Si España quiere, bloquea el paso de los marroquíes por su territorio en los meses de julio, agosto y septiembre, o al menos amenaza con hacerlo, y se forma un pifostio en Europa que ni te digo. Y nos harían caso. Contra las amenazas y las provocaciones, otras diplomáticas amenazas. Pero jamás postura de debilidad. El presidente del Gobierno de España, además, tendrá la magnánima desfachatez de recibir el viernes al presidente canario, Fernando Clavijo, en La Palma. Sánchez no ha cumplido ni una sola de las promesas que hizo a los afectados por el volcán de Cumbre Vieja y sí tiene la caradura de volver a visitarlos. Que Clavijo no caiga en esa humillación: usted, señor Sánchez, va a visitar al presidente de los canarios a una dependencia del Gobierno de Canarias, en Las Palmas o en Santa Cruz, donde le venga mejor. Pero Clavijo no debe rebajarse ante Madrid, ni ante un presidente al que CC le está dando su voto en el Congreso. Y repito que el viaje a África no sirve para nada. No existe programa con resultados posibles. ¿Por qué no visita Sánchez algunos centros de acogida en cualquier isla para que vea lo que hacen los inmigrantes; o sea, nada? ¿Por qué no se entrevista con las autoridades marroquíes para frenar el flujo migratorio de sus menores? La inmensa mayoría de los menores no acompañados que llegan a España proceden de ese país. Algunos lo interpretan en las redes como invasiones sigilosas planificadas por el Gobierno de Marruecos. Otros dicen que Marruecos sabe demasiado de los Sánchez. ¿Qué hay de verdad en esto último? ¿Qué hace Sánchez en Gambia, un pequeño país colonizado por Senegal; o en Mauritania, un país sin país; o en el mismo Senegal? ¿Por qué no agarra el problema por donde tiene que agarrarlo y actúa? ¿Es Marruecos nuestro enemigo o nuestro amigo? ¿Hay que tomar medidas contra Marruecos o no? ¿Cuáles son las verdaderas intenciones del reino alauita, una vez que se ha apoderado del Sahara español? ¿Por qué ha hipotecado Sánchez las relaciones de España con Argelia? ¿Y por qué humilla al presidente del Gobierno de Canarias y con él a las Islas Canarias? Hay una frase en El Gatopardo, que dice: “Hemos sido una colonia, es nuestra culpa”. Es la reflexión que hace el príncipe de Salina sobre la Sicilia del siglo XIX, abandonada por todo el mundo. Pensemos en eso. Y pensemos que tenemos a un presidente del Gobierno que es un inútil total, que no tiene zorra idea de política internacional, y que, aparte de dividir España, la está llevando al siglo XIX en el plano de su influencia en el mundo.
martes, septiembre 17, 2024
No tiene zorra idea
Club de Lectores
Suscribirse tiene ventajas! Decida hasta dónde quiere llegar con nosotros. Desde 0€ a 180€ hay varias modalidades. Conózcalas!