
Muchos rotarios tinerfeños en Burgos, donde se celebró el congreso del distrito del Rotary, que creo que se llama 2201. Debe haber más distritos que rotarios. Estuvieron presentes, en la presentación del nuevo gobernador, un montón de miembros de toda España, que escucharon y presentaron los proyectos de ayuda a los demás, que en esta organización suelen ser muy importantes. Yo fui rotario, pero me echaron por falta de pago, hace años. Ahora, creo que en junio, Inurria junior será secretario en el Club de La Laguna, que preside Virginia Carballude, buena amiga mía. Por falta de pago me echaron también del Real Club Náutico de Tenerife, lo cual agradezco porque nunca llegué a ir y además no tengo barco. Esa sociedad es buena para los que tienen barco y para los que les gusta nadar. Yo ni tengo barco, ni tampoco me gusta demasiado nadar, porque me canso, así que salí mandado.

Donde sí voy más es al Real Casino, aunque tampoco me prodigo. Y tengo que felicitar a mi amigo Miguel Cabrera Pérez-Camacho, su presidente, por su triunfo judicial. Espero que Miguel vuelva a la Universidad, donde sus alumnos le adoran, porque es un grandísimo profesor titular. Y no ha logrado la cátedra porque no ha querido, porque él vive de su profesión de abogado. Y espero que presente una candidatura al Real Casino con personas de su confianza, cuando expire su mandato, en octubre, ni un minuto antes. Miguel, que es inspector de Hacienda –o como se llame esa profesión tan antipática para los ciudadanos— en excedencia, ha realizado una gran labor en el Casino de los Caballeros. No hace falta entrar en detalles, pero supongo que Miguel Cabrera ejercerá acciones, una vez que ya se ha solventado el asunto judicial a su favor, contra las personas –y un medio de comunicación– que le han puesto como un zapato, injustamente. ¿Otra campaña de acoso y derribo de la lacerante y estúpida sociedad chicharrera? Probablemente, porque esta sociedad no tiene remedio. Miguel, arriba de ellos que son pocos y cobardes. Yo me alegro de que haya resistido, porque en este país, como le dijo el rey Juan Carlos I a mi amigo Pepe Oneto, meando los dos en el váter de un hotel, el que resiste gana. Bueno, hablo ahora del coso del Puerto de la Cruz, que fue multitudinario, con mucha presencia de extranjeros, incluida una fanfarria, supongo que de Düsseldorf, aunque no me crean necesariamente, soy muy torpe y ando muy desinformado en el asunto del Carnaval. Las calles, eso sí, quedaron llenas de mierda pero el servicio de limpieza ha sido excelente, hay que felicitarlo. Detrás del cortejo desfilaban artilugios automáticos de recogida de desperdicios y una brigada de operarios, que actuaron con la máxima rapidez. Y por la noche pasó un camión con mangueras, dejándolo todo impoluto. Parece que no ha habido fiesta en el Puerto. Enhorabuena.

Cantó El Puma en Tenerife. No lo pude saludar. El Puma, Guillermito “Fantástico” González –su gran amigo, y mío, paz descanse— y yo nos corrimos una vez una buena juerga en Madrid y yo lo veía siempre en la casa –caserón– de Guillermito en Caracas, cuando atábamos los perros con longaniza y no existía el chavismo, o sea, la hambruna. Parece que está haciendo una gira mundial para retirarse, una vez que le pusieron pulmones nuevos a José Luis y que ha recuperado esa potente voz que le ha hecho famoso. Es millonario, pero también un hombre sencillo, que se gana amigos en todas partes. Además, esta isla le encanta. Ya se ha marchado y no me dio tiempo de ir a verlo, porque yo salgo poco, la calle me pone nervioso. Así estoy, que me duele una pierna y ando cojo, aunque aviso a los enemigos que no parece grave. (Ayer tuve que mandar a cierto sitio al Inurria chico porque me empezó a vacilar con el Atlético de Madrid, que es su equipo, aunque de fútbol entiende menos éste que yo de beisbol. El Atlético de Madrid es un equipo de pobres, como todo el mundo sabe. Y el Barcelona, de provincias, aunque tiene suerte). No les he contado, ni siquiera creo que lo cité en mis memorias (que cualquiera se lee de nuevo, soy incapaz), que una vez estaba yo abriendo la puerta de mi habitación en el Hotel Caracas Hilton, en Caracas, claro, y se me apareció el famoso promotor Don King saliendo de la habitación de al lado.

Ahora el hotel se llama ALBA y fue expropiado por el chavismo, con lo que estará hecho un desastre. De las cincuenta y pico veces que he estado en Caracas sólo pernocté una vez allí, fueron varias noches, invitado me parece que por el Gobierno de Canarias, no estoy seguro, en los tiempos de Vicente Álvarez Pedreira o de Jerónimo Saavedra. Don King ha sido el promotor de los mejores combates de boxeo de la historia, incluidos los de Cassius Clay.

Lo paré en aquel pasillo y le pedí un autógrafo, porque casualmente llevaba yo en la mano una revista de boxeo en la que estaba Roberto “Mano de Piedra” Durán en la portada. Me la firmó. A “Mano de Piedra” Durán lo vi muchas veces en Nueva York, en el Victor´s Café, a donde yo iba con frecuencia a cenar, en compañía de Félix Lam, Javier y Carlos Zerolo y más gente amiga. Incluso una vez invité a mi padre, paz descanse también. Cosas de los viejos tiempos. ¿Qué por qué lo cuento ahora? No sé. Será porque me da la gana.