Ahora resulta que somos también un país de Torrentes y que la Policía se nos ha virado. No toda la Policía, sino una parte. España tenía fama de contar con unas fuerzas de seguridad fantásticas, de gran eficacia. Pero se ha encargado el Gobierno de colocar en los puestos claves a los afines y los afines parece que no dan una. Miren, nadie ha tenido en este país la gallardía del coronel Pérez de los Cobos, de la Guardia Civil, que ha renunciado a su ascenso a general, una vez que le ha ganado en el Supremo el pleito a Marlasca, para que tres de sus compañeros que habían logrado el ascenso a su costa no se vean perjudicados. Este sí que es un soldado. Un ejemplo para el cuerpo creado por el Duque de Ahumada y que funciona admirablemente, sin tener en cuenta colores, ni otros mandatos espurios. Pero, claro, en cualquier cuerpo policial hay garbanzos negros, como el oficial de la Benemérita destinado en la Embajada de Caracas (tras el caso Delcy) y como el inspector-jefe de la Policía Nacional, jefe del Blanqueo de Capitales de Madrid, que emparedó en su chalé de Alcalá de Henares veinte millones de euros, nada más y nada menos, procedentes de mordidas al narcotráfico. Los narcos son muy suyos, primero te compran y luego te joden, porque pasas la vida dependiendo de ellos. Al menos es lo que cuentan quienes escriben de estas cosas, que a mí me repelen mucho. Digo que no toda la Policía y la Guardia Civil son corruptas. Mi buen amigo el coronel Tienda ha sido repuesto en su destino por los tribunales, porque Marlasca la cogió con él y le quitó parte del sueldo y el mando de la Comandancia de Tenerife. Ahora le tendrán que pagar los atrasos y reintegrarlo a su puesto, pero probablemente Marlasca le fastidió su ascenso a general. No hay derecho lo de los socialistas, que para colocar a los suyos son capaces de joder al resto del mundo. Estos tipos no aprenden, pero políticamente lo van a pagar porque España no perdona. Lo del emparedado de millones no tiene nombre, ni lo de la mujer del inspector-jefe, que también es poli, tampoco. Ni lo de su cuñada, que blanqueaba. Ahora se enfrentan a delitos muy graves y se quedan sin un duro, a no ser que tengan otro garito atestado de millones. Todo puede ser. Mucha, mucha policía, como la canción de El Fari para Torrente, apatrullando la ciudad.
martes, 29 abril,2025