Mentecatos con bandera

Yo no sé por qué, pero en cualquier algarabía callejera que se precie aparecen siempre unos mentecatos descamisados enarbolando la bandera venezolana. Agitándola con entusiasmo, como si la cosa fuera con ellos. Ya sea una elección de papa o una petición de fondos para la alfabetización de Gambia. Los cuatro tipos con la bandera venezolana siempre están ahí. Ayer, en la plaza de San Pedro, parecía que habían elegido papa al mismísimo difunto Chávez o a la propia María Corina Machado. A Maduro no, porque para ser papa hay que saber leer y escribir. Joder, qué pesadez con la banderita. Coño, que se la guarden para las cosas suyas. Y, por cierto, que chiquita vista la de la Embajada de España ante la Santa Sede, que tiene como sede un palacio precioso en la Plaza de España de Roma, junto al monumento a la Inmaculada. La embajadora, perturbadora inquilina del inmueble y viviendo en Roma a cuerpo de rey, es una analfabeta funcional socialista, no diplomática sino embajadora de conveniencia, que se llama Isabel Celáa, exministra, que había mandado a Exteriores informaciones sobre los papables. Su comunicado decía que el elegido estaría entre Pietro Parolin y el cardenal filipino Tagle. O sea, que acertaron de pleno la embajadora y su equipo de rebenques destacados en la legación. Ni el uno ni el otro. Si me hubieran llamado les habría yo ofrecido el nombre de uno de los candidatos, el cardenal Prevost, que al final resultó elegido sumo pontífice de la Iglesia Católica. Y, si no, vayan ahora a El Volantín Trepador y vean lo que se publicó antes de comenzar el cónclave en la sección Pipol. Voy a mandar a los venezolanos a que se coloquen en la puerta de la embajadora Celáa con la dichosa banderita, agitándola bien agitada, para ver si espabila. Ya se plantará ante el papa para rendirle pleitesía, porque ahora los sociatas se van a apropiar del papa, ya lo verán. Dirán que es un colega, como Francisco, al que le encantaba recibir a la Tucán gallega, comunista de conveniencia (como todos los comunistas). Pero con este van dados porque Prevost sabe quiénes son Sánchez y su cuadrilla de bandoleros, metidos en política para succionar al país. Y a las pruebas me remito.