La avenida principal de Las Mercedes es el atrio de los barrios altos de Caracas, donde viven las clases acomodadas, hoy mayoritariamente chavistas. Allí hay un centro comercial fantástico, que se llama CCCT (Centro Comercial Ciudad del Tamanaco). Y allí se alza también el emblemático hotel Tamanaco, que fue de la cadena Intercontinental, que también fue propiedad de Rafael Tudela y del cual era directivo un chicharrero de adopción y granadino de nacimiento, Mauricio Gómez-Leal, que dirigió Radio Juventud de Canarias. Maestro, publicista y periodista.
El Tamanaco fue construido a propuesta del general Pérez Jiménez y un día fue el motivo de uno de los sellos de Correos más emblemáticos de Venezuela. A mí me encantaba el sello de Correos de Venezuela, en general no sólo éste específico, como buen coleccionista que soy.
Ayer, la avenida principal de Las Mercedes fue escenario de uno de los mayores actos de libertad, tras las fraudulentas elecciones del día 28 de junio. Cientos de miles de personas se rindieron al liderazgo de María Corina Machado y a la victoria justa e indiscutible del candidato de la transición democrática, Edmundo González Urrutia.
Cada vez son más los países que reconocen al candidato ganador. Los próximos, inevitablemente, serán Colombia, Brasil y México. Porque ninguno de los tres podrá ir contra sus propias convicciones. A pesar de su aparente cercanía ideológica socialista con el chavismo de Chávez, no con el de este autócrata, bruto e iletrado de Maduro.
María Corina, que había anunciado que pasaba a la clandestinidad, para protegerse ella y proteger a su familia de las iras del tirano, salió a la calle. Maduro ni siquiera intentó detenerla. Maduro es un dictador cobarde, que no se arriesga. Según la oposición, hay 20 muertos, un número indeterminado de heridos y 800 detenidos, tras el 28 de julio. Una tragedia.
Corina se refirió, mediante la megafonía, a la gente que se manifestaba como “gente buena, honesta y valiente” y dijo que ellos han demostrado con datos ciertos la victoria de Edmundo González. Maduro está tan desesperado que manda a encapuchados a asaltar la sede de la oposición. Querían recuperar las actas, a toda costa. ¿Qué delincuente habitual se lleva los discos duros de los ordenadores y deja allí el resto de los aparatos? Además de delincuentes parecen idiotas. No lo consiguieron.
El chavismo tiene sus días contados. Ya ni siquiera empapa en las clases populares, en los barrios marginales. Maduro está acabado, pero desesperado. Y un hombre desesperado, que pronto va a perder el escaso apoyo internacional que tiene –porque dentro del país le queda poco—es también un hombre peligroso. Hasta que se le acabe la munición.
María Corina ha hecho una aparición que no estaba prevista. Se ha convertido en la líder por la libertad de América Latina. Ha sido la única persona capaz de unir a la oposición, que estaba dispersa. A lo mejor la necesitamos en España también.
Lo de ayer, en Caracas, fue una fiesta de la libertad. Ahora hay que insistir para que ese burro que gobierna el país caiga, para que el pueblo no sufra más, ni la demagogia, ni la pobreza, ni la tiranía.