El presidente de Francia, Emmanuel Macron, llamó este jueves a las empresas francesas y europeas a suspender temporalmente todas las inversiones previstas en Estados Unidos hasta que se eliminen los nuevos aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump, a los que calificó de “brutales e infundados”. La declaración, hecha durante una reunión de emergencia en el Palacio del Elíseo con representantes de sectores económicos afectados, marca un giro significativo en las relaciones comerciales transatlánticas y ha intensificado las tensiones entre Europa y Washington.
Macron reaccionó así al anuncio de Trump cuando impuso un arancel del 20% a todos los productos provenientes de la Unión Europea (UE) como parte de su política de “aranceles recíprocos”, bautizada como el “Día de la Liberación”. Según Macron, estas medidas no solo son injustificadas, sino que tendrán un “impacto masivo” en el comercio internacional, debilitando tanto a la economía europea como a la estadounidense. “Los ciudadanos y las empresas de Estados Unidos saldrán más pobres y más débiles de esta decisión”, afirmó el presidente francés durante el encuentro, que incluyó a ministros, el primer ministro François Bayrou y líderes empresariales.
El mandatario francés subrayó la necesidad de una respuesta coordinada por parte de la UE, instando a los países miembros a mantenerse “unidos y determinados” frente a lo que describió como una “decisión sin precedentes” que amenaza el equilibrio económico global. “¿Qué mensaje enviaríamos si los grandes actores europeos invirtieran miles de millones de euros en la economía estadounidense justo cuando nos están golpeando con estas tarifas?”, cuestionó Macron, dejando claro que cualquier inversión futura o anunciada recientemente debe pausarse hasta que se resuelva la situación.
La medida de Trump, que incluye aranceles del 20% a la UE, 34% a China, 25% a automóviles fabricados fuera de EE. UU. y tarifas variables para otros socios comerciales, ha sido recibida con alarma en Europa. Francia, con sectores clave como el vino, los licores, la aeronáutica y los productos de lujo en riesgo, se encuentra entre los más afectados. Macron sugirió que la respuesta europea podría incluir el uso del mecanismo anti-coerción de la UE y medidas sectoriales, pero enfatizó que cualquier acción debe ser colectiva y no fragmentada entre los Estados miembros.
Los mercados europeos reaccionaron con volatilidad tras el anuncio de Trump, con caídas iniciales en las bolsas que reflejan la incertidumbre económica. La Comisión Europea, por su parte, ya ha indicado que está preparada para responder con medidas recíprocas, mientras que otros líderes, como la presidenta Ursula von der Leyen, han advertido que la UE no dudará en proteger sus intereses. Sin embargo, Macron insistió en que la prioridad es evitar una escalada que perjudique aún más a ambas partes, abogando por una solución negociada.
En su discurso, Macron también criticó la estrategia proteccionista de Trump, argumentando que no aborda los problemas reales de desindustrialización en Occidente y que, en cambio, agrava los desequilibrios comerciales. “La desindustrialización se combate con mayor productividad, no con aranceles”, señaló, defendiendo una competencia leal en lugar de medidas punitivas.
La suspensión de inversiones propuesta por Macron ha sido respaldada en posts en redes sociales y por algunos líderes empresariales franceses, quienes ven en esta medida una señal de firmeza frente a las políticas de Trump. Sin embargo, analistas advierten que esta decisión podría tener consecuencias a largo plazo para las relaciones económicas entre Europa y EE. UU., especialmente si la guerra comercial se intensifica.
Por ahora, el gobierno francés y la UE están evaluando sus próximas pasos, con una reunión prevista para mediados de abril para coordinar una respuesta formal. Mientras tanto, Macron dejó claro que Francia no permanecerá pasiva y que trabajará para proteger los intereses europeos, al tiempo que busca evitar una escalada que podría dañar la economía global. La pelota, ahora, está en el campo de Washington, donde Trump ha insistido en que sus aranceles son necesarios para “poner a América primero”.