El portal Diario del Motor publicó recientemente una noticia sorprendente que ya ha sido motivo de experimentación en Francia: ¿podría el vino ser el combustible del futuro? Pues parece ser que sí. Martín Jemes, editor del citado medio, explica que este avance tecnológico, inspirado por los vehículos de competición, pronto podría llegar a los automóviles convencionales. Aunque es más caro que el combustible tradicional, es una inversión en un producto premium que ayuda a reducir las emisiones de carbono y a cuidar el planeta.
El Excellium Racing 100 es un biocombustible innovador hecho a partir de desechos de la producción del vino. Francia, el segundo mayor productor de vino del mundo, está liderando esta revolución. Con 4,69 mil millones de litros de vino francés producidos anualmente, no solo se deleitan paladares, sino que también se llenan tanques de combustible.
En un momento en que la producción y el uso de la energía representan el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero, es imperativo que los grandes actores energéticos se reinventen a través de energías renovables y sin carbono.
Según fuentes de TotalEnergies, la empresa energética introdujo un combustible certificado 100% sostenible en el FIA WEC y en las European Le Mans Series a partir de 2022. Excellium Racing 100 nació tras dieciocho meses de pruebas e investigación por parte de sus ingenieros. Este combustible sostenible se introdujo por primera vez en el Campeonato del Mundo de Resistencia de la FIA (WEC) en marzo de 2022 para la primera prueba del campeonato, las 1000 Millas de Sebring en EE. UU. Diseñado y fabricado por la compañía, el Excellium se produce a partir de bioetanol, el cual se obtiene de residuos vinícolas provenientes de la agricultura francesa.