En su particular día de la libertad, Donald Trump condena las importaciones de los Estados Unidos, confiando en la autosuficiencia productiva de su país. A los productos procedentes de la Unión Europea les impone un 20% de aranceles, al Reino Unido un 10% y a China un 34%. Hay una escala por países, pero no vale la pena incluirla aquí. Acaba con lo pintoresco y las baraturas de los barrios chinos, encarece las importaciones de aceite de oliva español y del aceite de la Costa Amalfitana italiana, pone por las nubes los automóviles y el jamón serrano, en el caso de España, y sabe Dios si también la lana escocesa de los jerseys que se venden en USA, pero esta vez sólo un asumible 10%. Cualquier cosa. Ha cumplido su promesa, ahora que se le va Musk de la Casa Blanca a atender sus descuidados negocios personales y Trump lo niega y se queda tan campante. El anuncio del aumento arancelario se hizo ayer, miércoles, solemnemente desde la Casa Blanca. Trump no engaña a nadie, lo pensó, lo aireó y lo ejecutó. El dólar ya ha caído un poco con respecto al euro y vamos a ver cómo queda la bolsa hoy y mañana. Protegerá la industria en los Estados Unidos, sobre todo la automovilística. Resucita Detroit y se revolucionará el sector del automóvil: coches más pequeños para contentar a los que compraban automóviles europeos y promoción de los productos made in USA. A mí no me parece mal, el patriotismo es así, aunque en este caso sea un poquito forzado. Pero, repito, Trump no está engañando a nadie, él lo había anunciado y lo que ha hecho es ser fiel a su palabra. Está obsesionado con Europa, no le gusta nuestro continente. Piensa que el mundo le ha tomado el pelo a los Estados Unidos. En el fondo, su matraquilla del make America great again es un canto chauvinista, un acto de amor loco hacia su país. No sé cómo le va a salir la subida arancelaria, pero puede que bien, no crean. Estados Unidos es una economía fuerte, donde ahora los precios están por las nubes. Estas medidas pueden contribuir a que bajen, pero, claro, no se sabe cómo van a reaccionar los mercados internacionales en su respuesta, porque las cosas no se van a quedar así. Tecnológicamente, USA es un gigante, pero China y Europa también, así que son los próximos meses los que nos dirán si la jugada le va a salir bien al gigantón americano o si se está condenando a sí mismo demasiado pronto.
domingo, 18 mayo,2025