España ha concedido asilo político –técnicamente, oficialmente tardará unos días— al presidente legítimo de Venezuela, Edmundo González Urrutia, pero no lo ha reconocido aún como ganador de las elecciones. En enero, cuando Edmundo González tome posesión de su cargo en el exilio de Madrid, ante miembros de la Asamblea, también exiliados, y ante otras autoridades relevantes de la democracia venezolana que fue, ¿qué hará el Gobierno español? Han querido montar un show de democracia y de hospitalidad, pero lo cierto es que González Urrutia donde ha vivido desde el día después de las elecciones y hasta el 5 de septiembre es en la Embajada de los Países Bajos, a un tiro de piedra de la legación española en Caracas, a la que se trasladó el día 5 pasado, jueves. España envió un Falcon a recoger a Edmundo González y a su esposa, Mercedes López, en el que viajaba un alto cargo de Exteriores, cuatro pilotos y una azafata militar. Tenía asilo garantizado en la Embajada holandesa, pero quiso que su país de destino fuera España, donde ya viven sus hijas. Las negociaciones las llevó a cabo Zapatero, con Delcy Rodríguez y su hermano. Desde lo de las maletas de Barajas, todos se llevan muy bien con Delcy, hoy ministra del Petróleo y vicepresidenta del Gobierno. Bueno, Zapatero desde mucho antes, desde lo de la mina. Pero Sánchez y su Gobierno no reconocen todavía a González Urrutia como presidente legítimo. ¿Podrá seguir residiendo González Urrutia en España, cuando se juramente como presidente? ¿Lo reconocerá entonces Sánchez? La fecha es enero y está dispuesto a realizar la ceremonia, a pesar de que, a la fuerza, le hicieron firmar un documento de que no participaría más en política. ¿Cómo se puede convertir en legítimo un documento de coacción, a cambio de perdonarle la vida y de un salvoconducto rumbo al exilio? Sánchez, que está mucho más cerca de Maduro que del presidente electo legítimo, no creo que vaya a reconocer a este último como presidente de la República de Venezuela. En todo caso habrá que esperar a enero y a lo que decide la Unión Europea. Dentro de unos días, Edmundo González disfrutará de su condición de exiliado político y podrá moverse por toda Europa. Es un diplomático, sabe lo que tiene que hacer. Veremos, repito, lo que decide la Unión Europea con Venezuela. Y veremos si los Estados Unidos aguantan el tirón de otra dictadura tan cerca de este país o realizará acciones más contundentes. ¿Un ejército de mercenarios? No sería la primera vez, alguno ya se ha ofrecido. Pero quizá atrapar a Maduro y sacarlo por las orejas de Fuerte Tiuna tendría un coste de vidas demasiado alto. No creo que esta sea la solución. Seguirán las torturas del Sebin en El Helicoide, la represión en las calles, el tráfico de drogas en beneficio de Diosdado Cabello, del propio Maduro y de altos cargos militares y todo lo demás, me temo. Pero todo tiene un límite, aunque Maduro crea que puede ser un dictador eterno, como Somoza, Papá y Baby Doc, Trujillo, Daniel Ortega, Díaz-Canel y él mismo. Sería terrible para Latinoamérica y lo único que renacería sería la novela. Perdería la paz, ganaría la literatura.
viernes, octubre 11, 2024
