Tiene razón Ayuso cuando dice que la universidad no tiene que ser una cosa de matones, sino que todo el mundo debe tener cabida en ella: la derecha, la izquierda y el centro. Lo que pasa es que la izquierdona se ha apoderado de las aulas e impone sus criterios con matonismo, con ademanes de hampones, con violencia si les hiciera falta. Todo esto es viejo. Yo recuerdo ver el hall de entrada de la Facultad de Políticas de la Complutense convertido en una pocilga, porque la izquierda lo rompe todo, lo llena todo de carteles y encochina su entorno. Yo no he visto a gente más jedionda que la gente de la izquierda, con sus honrosas excepciones. Pero no son nada cuidadosos sus miembros con el mobiliario público y todo lo emponzoñan y lo llenan de mierda. Que nadie me discuta esto, porque los izquierdones saben que lo que digo es verdad, sin considerar a la derechona como una tendencia política ejemplar, porque veo a cada uno en ella que hay que echarle de comer aparte. Dicho esto, los estudiantes deberían ser menos cochinos y más cuidadosos con el entorno, como las universidades americanas, que son una auténtica maravilla, o como las privadas españolas, que lo son igualmente, sin cartelería añadida ni frases sin sentido que no entienden ni siquiera quienes las pintaron en las paredes. No hay nada como un entorno cuidado y recogido para invitar al estudio y a la meditación, al saber en una palabra. Si tú ves un edificio lleno de mierda, como el hall de la Facultad de Políticas de la Complutense, no te dan ganas de estudiar, sino de bajarte los pantalones y echar una cagada en medio del escalón. Porque mierda llama a mierda. Así que estoy con Ayuso y en contra del matonismo en la universidad. Una vez vi escrito en un muro de la Universidad de Heidelberg: “Lo ideal es ilegal”. Tenía razón el pintor, pero me da que en España no hay gente inteligente como el autor de la frase, que parece propia del Mayo francés.
lunes, noviembre 11, 2024
igual que en Italia