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lunes, septiembre 9, 2024

La Selección Española, a la final de París

De acuerdo, los deportes olímpicos son muy importantes, pero cuando llega el fútbol, que se quiten todos los demás. La Selección Española, con una excepcional segunda parte, doblegó a la de Marruecos, que había marcado de penalti, cometido por Pablo Barrios, en la primera mitad.

El partido, celebrado en Marsella,  tuvo de todo, desde la lesión del árbitro uzbeco, al tropezar con un jugador de cada equipo en la disputa de un balón, al placaje de la seguridad a un espontáneo marroquí que se lanzó al campo y hasta le marcó un gol a Arnáu, gol que fue coreado por el público. El árbitro, lesionado en un tobillo, fue sustituido por el cuarto colegiado, sueco, que lo hizo muy bien.

Naturalmente, público mayoritariamente marroquí –hay más marroquíes que franceses en Francia, o casi–, pero un público que convivió muy bien con el español y que animó con mucho ruido a sus equipos respectivos. Mayoritariamente, gente muy joven.

El combinado olímpico marroquí jugó mejor que el español en la primera mitad, el penalti pitado por el sueco, tras una consulta al VAR, fue justo y Marruecos, con un aguerrido Ashraf, exjugador del Real Madrid, al que parecía irle la vida en el partido, le complicaba la vida a España, cuyos mejores jugadores durante todo el partido fueron Baena y Fermín.

Fermín, que marcó el primer gol español en la segunda parte, le dio el segundo a Juanlu, en una asistencia perfecta. Esta segunda parte de España fue para enmarcar y la entrada de Miguel Gutiérrez por Miranda, por ejemplo, aportó a nuestra Selección mucha más profundidad. Santi Denia, seleccionador español,  reaccionó muy bien con los cambios. Los jugadores de refresco, en la mitad de la segunda parte, también le dieron vigor defensivo a la Selección Española, ante el arreón final de Marruecos.

España ya tiene en el bolsillo, al menos, una medalla de plata en los Juegos, en fútbol, rememorando viejas actuaciones. El otro finalista saldrá del partido entre Francia y Egipto, así que está asegurada, cuanto menos, una final vistosa, el próximo día 9 de agosto.

Marsella aportó las clásicas palomas y gaviotas que se comen las semillas del césped del campo de juego y molestan a los jugadores y España escribe otra heroica página en el fútbol olímpico, que tantas glorias le ha dado. No hay duda de que el fútbol español está muy arriba, ni de que el marroquí ha crecido hasta contar con una cantera espléndida, capaz de cualquier hazaña deportiva. Varios de los jugadores marroquíes actúan en equipos españoles o en otros clubes europeos. El fútbol en aquel país está adquiriendo buen nivel.

Poco a poco, el medallero español va ganando en peso y no es que haya sido una aportación extraordinaria en el conjunto de la Olimpiada, pero tampoco va a estar mal, al final. Veremos lo que ocurre en los días que quedan y estemos preparados para una gran final en fútbol que, sea contra quien sea, despertará el interés mundial.

A. Hernández-Romero
A. Hernández-Romero
Bajo el seudónimo de A. Hernández-Romero escribe un colectivo de periodistas deportivos que colabora con este periódico.

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