Una mujer conocida como Natalia (obviemos los apellidos), que trabajaba en Videoreport Canarias (empresa que aporta contenidos a la TVEC) fue operada de un molesto juanete, pidió la baja por ello, pero se olvidó, en medio del jolgorio y la molicie, que tenía que guardar cierta compostura. Y se puso a bailar como una loca la canción “No doy tanto miedo”, subiendo el bailongo a las redes. Hay que tener mucho cuidado con eso. La actora (porque fue ella la actora, al verse perjudicada, primero, por la sentencia de un juzgado de lo social de Las Palmas, que declaró procedente su despido), se cabreó y apeló la sentencia inicial al TSJC. Y, no contenta con su primera actuación, Natalia volvió a subir a sus redes un video bailoteando otra melodía, “No estoy para ti”. Pues tampoco está para la Sala de lo Social del TSJC, que vuelve a absolver a la empresa, confirma la sentencia anterior y el despido de la bailarina/productora, con el entusiasmo añadido del Ministerio Fiscal, y condena a Natalia y a su operado juanete a irse a la calle, por usar un término coloquial. Porque la patología de Natalia es “incompatible con bailar y saltar con tacones, ya que su pie implica reposo y procedimientos de inmovilización”, dice la sentencia de apelación. Es como si yo ahora, un suponer, me pusiera a hacer el salto de la rana recién operado de fimosis. Impensable, y pido disculpas por la comparancia. Así que la Sala de lo Social confirma la validez del despido. La ponente fue la magistrada Gloria Poyatos Matas, que tiene, sin embargo, la benevolencia, sujeta a la ley, de recomendar a sus compañeros que no declaren las costas en contra de la productora Natalia, que se va a su casa pero sólo tendrá que pagar a su atribulado abogado la minuta correspondiente. No hay que descuidarse con estas cosas porque la gente está a la que salta. Al más puro estilo americano, muchos despachos de abogados contratan hoy en día detectives privados para apoyar sus teorías de defensa y de ataque, así que se deben extremar las precauciones y, en este caso, si te mandan reposo ya puedes estar reposando y si te mandan a bailar, pues hacerlo siempre con cierta moderación, pero no como una loca y menos con tacones, lejanos o cercanos. Nunca un juanete dio tanto juego judicial. El juanete es un apéndice denostado siempre. Había un tío con juanetes y con callos en la Banda de Música Municipal del Puerto de la Cruz, llamado Celso, que caminaba como si las punteras de sus zapatos marcaran las tres y cuarto. Tocaba –bien– el tambor, pero sufría el pobre de los pies como nadie y daba pena, viéndolo en las procesiones, con su airoso repique y su canesú, pero maltrecho de clanclas. En fin, Natalia, puedes recurrir al Tribunal Supremo pero sólo para eso que llaman reunificación de doctrina, o algo así. Mejor que no, porque las costas te van a pegar un sablazo y no vas a tener tanta suerte. Además, los procuradores de Madrid cobran un huevo.
miércoles, 18 junio,2025
