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miércoles, 18 junio,2025

La Moncloa parece la guarida de Alí Babá

Si es verdad todo lo que dice Aldama está pringado hasta el potito

Ya verán ustedes que, estas Navidades, Sánchez se viene a La Mareta, como un rey, o quizá al Coto de Doñana, como un príncipe. Con su princesa. En medio de una corrupción rampante, denunciada por el comisionista Aldama, en 37 folios, ante el Tribunal Supremo, Sánchez sigue en La Moncloa, ante la atenta mirada de Europa que, eso sí, está más preocupada de lo que pasa –políticamente— en Francia, con la caída del Gobierno de  Barnier y la sentencia de muerte política que pende sobre la cabeza de Macron.

Sánchez está herido de muerte, y él lo sabe. Y también su ministro Torres, que parecía poco vulnerable, ha sido señalado como el destinatario de un piso en Atocha, donde supuestamente se producían “encuentros íntimos”, según algunas versiones, y “encuentros diversos”, según otras. Si uno tiene encuentros de ese tipo en una especie de piso franco será porque quería que no lo vieran. Si son íntimos formarían parte de su vida privada; si son de otro tipo, se verá. Aldama dice que a cambio de favores.

Lo cierto es que el abogado de Aldama, que es muy listo, el señor Choclán, ex magistrado de la Audiencia Nacional, ha relatado una trama, en nombre de su cliente, cuyo desarrollo ya está en poder del alto tribunal, que la analizará cuidadosamente. Lo curioso es que Sánchez siga ahí y que sus socios le sigan apoyando, a pesar de las evidencias. Claro, cuanto más le apoyan más le sacan. Es ley de vida.

Aldama señala a Teresa Ribera, ex ministra y ahora comisaria europea; al jefe del Gabinete de la ministra de Hacienda y vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, al que –dice—que le compró una casa; por supuesto a Ábalos, ex ministro y secretario de Organización del honrado PSOE, al que le compró –sostiene Aldama— un piso por valor de 1,9 millones de euros en el barrio de Salamanca, el más caro de Madrid; a Iván Redondo, el asesor de Sánchez todopoderoso, después defenestrado por La Moncloa; al ex jefe del Gabinete de Sánchez y presidente de Correos, un señor llamado Serrano; al marido del gordito Iceta, aquel que fue ministro de Cultura y que bailaba a rabiar, como la Paulova, cuando Sánchez lo iba a visitar a Barcelona. Más tarde lo premiaron con el cargo de embajador permanente en la Unesco con un sueldazo que te cambas. Pero que te cambas. Y creo que a más gente y que esto no ha hecho más que empezar.

El escándalo, señoras y señores, está servido. La Moncloa tiene la apariencia del palacio de Alí Babá y Sánchez no saca la cabeza a la calle. ¿Creen que saldrá mañana a visitar el pueblo, asistirá a algún concierto? No por falta de cara, que caradura tiene para dar y regalar, sino porque se origina un problema de orden público por muchos furgones que mande Marlasca, al que creo que se le ha tirado un funcionario por la ventana del ministerio. Nadie sabe por qué. Hay silencio en el ambiente. ¿Qué cosa será? ¿Se tiró el hombre? ¿Seguro? La policía investiga, pero no dice nada. Yo no me lo invento. Lo he leído en los periódicos. Es tenebroso. Dicen que el hombre sufría una terrible depresión. ¿Y si la sufría, qué hacía trabajando? ¿por qué no le dieron la baja? ¿Por qué no se informa de todo eso? Ocurre en una empresa privada y ya habrían engrilletado a alguien.

Ayer los periódicos on line, y los que quedan de papel, se dieron gusto, con algunas excepciones que no hacen sino pedir pruebas y más pruebas. Pero Aldama ha ido colocando los teléfonos móviles de cada cual junto a cada nombre, con fechas, datos, localizaciones. Los datos son abrumadores, pero Sánchez sigue ahí, con la Pichona, encovachado.

Sí les repito que el abogado de Aldama es un penalista de primer orden, que no da puntada sin hilo; y que no habría aceptado el caso de haberlo visto inviable y tampoco habría entregado ayer los 37 folios de acusaciones ante el Tribunal Supremo.

Ya verán la que se va a armar. Y cada día se echan más acusaciones sobre un entorno presidencial que parece la corte de Alí Babá y sobre la propia familia sanchista. ¿Resistirá? Yo creo que no. Todo tiene un límite, Cuando empiecen todos ellos a defenderse y a acusar a los otros la desbandada será total.

El PSOE, con su cobardía y sus alianzas, provocó una guerra civil en el año 36 del siglo pasado. Ahora puede provocar un caos institucional de dimensiones imprevisibles. En plena Europa del siglo XXI. Pero, cuando desperté, el dinosaurio seguía allí, como ocurrirá mañana por la mañana.

Heriberto Torres
Heriberto Torreshttps://elburgado.com
Colaborador de El Burgado Periódico Digital

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