Si la justicia es igual para todos y una imputada viaja a Brasil, que no sé si tendrá tratado de extradición con España –antes, cuando El Dioni, no lo tenía–, la investigada Begoña Gómez debería ser retenida en España y retirado su pasaporte. Esto sería así si se aplica la Constitución, en su artículo que dice que todos los españoles somos iguales ante la ley. Porque Gómez está imputada por cuatro delitos graves, alguno de los cuales conlleva pena de cárcel. Si yo tuviera sobre mis espaldas esas imputaciones, y existiera riesgo de fuga, como es un viaje a Brasil, el juez me llamaría y me conminaría a que le entregara mi pasaporte. Y Begoña Gómez y yo somos iguales ante la ley. Ella no está aforada, ni tiene otros privilegios distintos a los míos. Luego las acusaciones –a las que Sánchez llama fachosfera— tienen razón. Si usted está citada en el juzgado para recoger una querella, usted va el día de la cita. Y si tiene que viajar como consorte, no viaja. Porque Gómez no es autoridad, no representa nada ni a nadie. Ni tampoco es pieza fundamental de ese viaje. No sé lo que hará el juez Peinado, que tiene fama de justo y de sabio, pero me da que si le aplica una excepción a Begoña tendrá que hacer lo mismo con los demás justiciables de su juzgado que quieran viajar al extranjero. Además, los términos en que el abogado de Gómez se dirige al juez, dando por hecho el viaje, me parecen una vergüenza. No pide, ni solicita, sino que comunica la ausencia de España. Y a esto no hay derecho porque yo lo veo como un desprecio a esa justicia que debe ser igual para todos. Este matrimonio de dictadorzuelos de aldea ha hecho de España eso, su aldea, y se cree con un poder omnímodo. Oigan, ya está bien. Al menos compórtense, que no hacen sino meter la pata, usurpando funciones al jefe del Estado, colocando a sus mayordomos en las instituciones y echándole una caradura a todas sus actuaciones que tienen asustadas a España y a Europa.
miércoles, 25 junio,2025