La Comunidad Autónoma de Madrid, que preside Isabel Díaz Ayuso, lidera el PIB español, según datos de la consultora PwC Urban Land, con el 19,4% del total. Una proporción realmente impresionante, inédita en la historia última de España.
La tasa de crecimiento fue del 3,3%, es líder en España y mantiene una previsión de crecimiento para este año del 2,9%.
El paro en la región ha bajado también y se sitúa en el 10,1%, más de dos puntos menos que la media española, que está en el 12,4%.
Los datos más elocuentes se consiguen en cuanto a la inversión extranjera. Gracias a la baja fiscalidad, Madrid ha captado el 67% de esa inversión en toda España, con un importe total de 7.950 millones de euros, que también significa un récord histórico.
La confianza de los inversores en la Comunidad y la seguridad jurídica que inspiran sus normas en vigor obran esta especie de milagro económico, con cifras superiores a las generadas por las principales capitales de naciones europeas en el caso de Madrid/capital. Sólo Londres se sitúa ligeramente por encima de la primera ciudad española.
Según apunta en un artículo Susana Burgos en el periódico El Debate, Pedro Sánchez ha subido 81 veces los impuestos desde que preside el Gobierno. Ni en los peores tiempos de Rajoy y su ministro Montoro, de infausta memoria ambos, habían apretado tanto a los españoles.
Por el contrario, las causas del éxito de la Comunidad de Madrid se estiman por su baja fiscalidad, lo que crea indudablemente –es una regla que no falla— riqueza. Se trata de la fórmula que aplicarán Donald Trump y Elon Musk en los Estados Unidos, que tiene una fiscalidad muy inferior a la española, situada entre las más altas de Europa.
Porque de algún lado hay que sacar el dinero para pagar la pléyade de asesores del Gobierno de España, el excesivo gasto público y las malas inversiones en las obras públicas de este infausto Gobierno de Sánchez, capaz de arruinar el país a pesar de los éxitos económicos que logran unas empresas acogotadas por los impuestos.