La lucha por la Presidencia de los Estados Unidos cobra tintes de igualdad al empatar en las encuestas la candidata demócrata, Kamala Harris, con el republicano, el empresario Donald Trump.
Harris acaba de nominar como su vicepresidente al gobernador de Minnesota, Tim Walz, que no estaba en las quinielas o al menos no era el favorito. Walz, un antiguo sargento mayor de la Guardia Nacional, tiene 60 años y se le considera a la izquierda de la propia Harris, aunque ya se sabe que en los Estados Unidos la izquierda es muy relativa.
Walz es partidario de las armas, permisivo con el aborto, defensor de los derechos de homosexuales y lesbianas y con fuertes convicciones sociales, por lo que Trump ya ha empezado a descalificarlo, muy al gusto de los republicanos. Los últimos sondeos dan un empate técnico entre los dos candidatos y Kamala Harris, que batió un récord en la recolecta de donaciones para la campaña, está realizando un auténtico maratón, ahora acompañada del que puede ser su vicepresidente.
Nadie podía imaginar, tras aquel debate entre un desorientado Biden y un prepotente Donald Trump, que la nueva candidata le daría la vuelta a la intención de voto de los americanos.
Pero así ha sido y en las filas demócratas, cuyos delegados han votado ya como aspirante a la Presidencia a Kamala Harris, sin esperar a la convención del partido, reina el optimismo, mientras los republicanos han mostrado cierto desconcierto.
Según los republicanos, en los estados clave todavía Trump puede ganar con más claridad de la que establecen ahora las encuestas, pero lo cierto es que queda mucha tela que cortar y no es fácil, a estas alturas, predecir un resultado ni siquiera aproximado de aquí a las elecciones de noviembre.
Kamala Harris no pierde la oportunidad de ensalzar a su presidente, Joseph Biden, que parece sentirse aliviado tras hacerse un lado en la campaña electoral en beneficio de Harris, que ahora tiene el apoyo de un vicepresidente que ha sido sargento mayor y entrenador de fútbol americano, que ama el deporte y mantiene postulados que en USA consideran “de izquierdas”. Pasaría por un socialdemócrata en Europa, ni más ni menos. En Minnesota tienen a Walz como un hombre cercano al pueblo, que ha emprendido campañas de carácter social que le mantienen como un hombre caritativo y cercano a los ciudadanos.
La noticia del empate técnico con el candidato Trump da a los comandos de campaña de Kamala Harris un cierto optimismo. No se lo esperaban, al menos tan pronto. Trump no ha moderado su discurso, aunque el rédito de su atentado frustrado todavía le da una ligerísima ventaja sobre su rival demócrata, de la que él dice que “no hace más que reírse”.