¡Hay rey!

Tenemos un rey, que no cayó en la trampa que le tendió su propio presidente del Gobierno. Fue a Valencia, se metió, con la reina, en la zona cero, y se acercó a los vecinos, que estaban insultando, no a ellos, sino al felón de La Moncloa. Al tipo que se apuntó al carro y se parapetó tras el monarca constitucional para que el barro no le alcanzara a él. Ni el barro, ni la ira. Pero don Felipe VI fue valiente, habló con la gente, encajó los necesarios empujones de su propia escolta y la reina Leticia, igual. Los españoles debemos sentirnos orgullosos de ellos. El otro pájaro se ha dedicado a hacerles la vida imposible, incluso pretende despenalizar las injurias al jefe del Estado porque se lo piden sus socios aberrantes. La mujer del felón de La Moncloa se hace llamar “primera dama” en la India, a donde fueron los dos a un viaje de Estado que no se entiende para nada. Los muertos de Valencia parecen no impactar demasiado a Pedro Sánchez. Ayer, La Moncloa se limitó a  comunicar que habían desaconsejado el viaje de los reyes a Valencia. Pero hace falta ser caraduras. Sánchez, pasito a pasito, se ha cargado España. No sólo ha colonizado sus instituciones: Banco de España, Tribunal Constitucional, Fiscalía General del Estado, más algunas otras europeas, sino que ha puesto al país a los pies de los caballos, ha intentado inutilizar al rey, apoderarse del Consejo General del Poder Judicial, ha puesto al jefe del Estado en peligro y tiene un enemigo invisible al que dirigirle todos sus fracasos: la extrema derecha. Mientras tanto, su mujer se convierte en una presunta delincuente, su hermano  también, alguno de sus ex ministros igualmente y vete tú a saber lo que viene. Mas la democracia española es más fuerte de lo que creíamos: hay Tribunal Supremo, hay jueces y magistrados independientes y, sobre todo, ¡hay rey! Gracias, majestad, por su valentía de ayer en las calles llenas de barro y de muertos. Gracias por su valentía mientras el otro, el que quiere seguramente un trono imaginario que no puede alcanzar, huía como las ratas, con el coche abollado por las patadas de los ciudadanos. Y pretende seguir en el poder, con la excusa de que las urnas lo pusieron ahí, aunque jamás haya ganado unas elecciones. Sólo con los pactos espurios con comunistas, independentistas y ex terroristas. Este es el presidente del Gobierno que tenemos, un tipo sin escrúpulos que ha sentado un precedente negro en la política española. ¡Pero hay rey!, vaya que si lo hay. Y reina. Don Felipe y su esposa se han consagrado hoy como la sensatez ante tanta desgracia de políticos corruptos y sicópatas y de tanto bandidaje gubernamental. Supongo que mañana habrá en España más monárquicos. Aquí tienen nuestro voto.