La historia de Hachiko es la de un perro nacido en 1924 en una granja en Odate, ciudad al norte de Japón. Se convirtió en el máximo símbolo de fidelidad y amor hacia su amo, el profesor universitario Hidesaburo, acudiendo diariamente a la estación para esperar a quien lo recogió y crió desde muy pequeño. Cuando falleció su dueño, Hachiko continuó durante los nueve años restantes de su vida esperando en la salida de la estación, lugar que se convirtió en su hogar. Para honrarlo, los japoneses colocaron una estatua de bronce en la estación de Shibuya y otra estatua del profesor junto al perro en el cementerio de Aoyama, al lado de la tumba de Hidesaburo.
La popularidad de esta historia llevó a su adaptación en la pantalla grande, resultando en dos películas. La versión norteamericana, “Hachiko: A Dog’s Story”, protagonizada por Richard Gere en 2009, es la más conocida. Sin embargo, aquellos que tengan oportunidad de ver la primera de las dos versiones disfrutarán el doble. “Hachikō Monogatari” fue dirigida y filmada en 1987 por Seijiro Koyama, quien plasmó magistralmente los hechos reales. Detalles como el lugar y la época en la que ocurrió la historia están mejor representados en la película japonesa.