Se han filtrado a la calle datos del domicilio y el DNI del fiscal general, García Ortiz, investigado por el Tribunal Supremo por un presunto delito de revelación de secretos. Y Marlaska ha reforzado su seguridad.
En España se filtra todo. ¿O es que nadie recuerda cuando se filtraron los domicilios de Bárcenas y de Rato y los periodistas les estaban esperando a todas horas en las puertas de sus casas? ¿O es que nadie recuerda la violencia con que aquel policía bajaba la cabeza de Rato, antes de éste entrar en el coche policial?
Muy mal todas las filtraciones, muy mal, pero por qué a una se le da tanta importancia y a las otras no. A Rato y a Bárcenas le organizaron escraches intolerables a las puertas de sus casas y las cámaras de los reporteros tocaban sus cabezas, ante la pasividad policial. A este no, a la casa de García Ortiz nadie podrá acercarse, que es lo lógico. Pero, eso sí, todos iguales.
Es la comidilla de hoy, en Madrid y en toda España. Lo que tenía que hacer García Ortiz, por dignidad de su propia profesión y de su alto cargo, es dimitir, marcharse a su casa con la escolta que quiera, que el partido al que sirve se la pondrá.
Los otros dos, como no estaban en el poder, no tuvieron ese privilegio de los escoltas. Bárcenas, cuyo caso fue mediático, era sólo el tesorero del PP. Y Rodrigo Rato, que ha salido absuelto de todas las acusaciones contra él hasta el momento, era sólo un ex ministro. Si García Ortiz no dimite seguirá siendo el fiscal general. Y, si lo hace, un ciudadano normal.
Lo que pasa es que éste es un vivo que supuestamente borró el contenido de su teléfono cuando vio que el Tribunal Supremo estrechaba el cerco. No sabe nada el tal García Ortiz, el fiscal sanchista que ha manchado el buen nombre de todo el sistema judicial, sea o no condenado, esta última posibilidad casi imposible.
En fin, que en este país, no todos los españoles son iguales ante la ley. Esto se ve a la legua. Y, mientras, González Amador, el novio de Ayuso, poniendo querellas y demandas. No hay nada mejor que una querella para hacer más fuerte a una pareja. A González Amador también le gusta la fruta.
