Ganó ella

Ganó ella, Kamala Harris. Yo, si viviera en USA y pudiera votar, la votaría. No se puede ir a un debate con cara de bull-dog. Trump probablemente ganará, porque a los demócratas no les va a dar para estar ahí arriba, pero ella ejerció el arte de la ironía, arte que el animal de la corbata larga no conoce. Es un miura sin sensibilidad y sucumbió ante la inteligencia, sin que la ex fiscal sea una lumbrera, pero aprenderá; Kamala aprenderá. Hay un alto porcentaje de americanos que están más cerca de un animal de cuatro patas que de otro de dos. Así que ella ganó, lo mismo que perdió el felón de La Moncloa ayer en el Congreso y que la Complutense no le renovará la cátedra a Begoña Gómez, porque la Bego es bachiller, no catedrática, a lo sumo contable de las saunas gays de su señor padre, que en paz descanse. Y el Constitucional –es sólo un gesto, no vayan a creer— admite a trámite los recursos del Supremo sobre la amnistía y la abstención del magistrado Campo, que estaba en el Gobierno cuando la cosa. Y la Fiscalía, tan imparcial, tan independiente de Sanchón, apoya la admisión a trámite de la querella de Sanchón contra el juez Peinado. Qué bonito que buena defensa de la legalidad. A la Fiscalía española había que ponerla en un molde y exhibirla en Filadelfia, donde nació la democracia moderna. Sánchez creo que sigue en China, vendiendo patas de cochino de bellota y comiendo caviar de ese que ponen en el Falcon, sólo que no es un Falcon sino un Airbus. Pronto estará aquí, pero ya el Congreso ha votado para que él reconozca a González Urrutia su derecho a presidir Venezuela. No lo hará, porque Sanchón se pasa al Congreso por el forro de sus pelotas morenas. Hasta su hija Carolina (hija del presidente electo) le ha hecho un favor al felón: le agradeció a Sanchón el exilio de su padre. La Unión Europea, donde gobierna su amada Von der Leyen, tampoco musita palabra de reconocimiento. Mas nadie pide tampoco el Nobel para María Corina, la mujer coraje que sigue en Venezuela jugándose la vida. Como lo oyen, jugándose la vida. Porque si cae en manos del animal de Maduro, la va a detener y la va a matar, de una forma u otra, seguramente dejándola morir en una lúgubre prisión venezolana, más cruel todavía que las prisiones de otros países de Latinoamérica. Atención a la asamblea de magos venezolanos que opinan hasta de la Constitución española y piden ruptura de relaciones con España. La actualidad se completa con los nervios de Susi Montero, la abadesa de Hacienda, que no sabe cómo vender las concesiones vergonzosas a Cataluña, a cambio de los tristes votos catalanes. Susi es la que baila alrededor de Sanchón y lo aplaude con pasión cada vez que Sanchón enseña las muelas para sonreír a su subordinada. ¿De dónde habrán sacado a Susi, la Mariquita Pérez de la España contemporánea? Junts ya ha dicho, a través de esa dispuesta diputada recta de espaldas (¿se llama Miriam Nogueras?), que no votará a los presupuestos, pero eso a Sanchón le da lo mismo: él gobierna sin el concurso del Legislativo. Lo ha dicho varias veces. Es que los caraduras no reconocen los poderes, ni las cámaras, ni los valores académicos. Por eso copian las tesis doctorales, gobiernan por decreto y ocupan las instituciones con el descaro de quien no respeta la democracia. Al fin y al cabo, ¿qué es la democracia?: un abuso de la estadística. Lo dijo Borges, no yo. A mí plim, yo duermo como un lirón.