El mundo católico sigue a la espera. La chimenea de la Capilla Sixtina emitió esta noche una fumata negra, símbolo de que los cardenales reunidos en cónclave no han llegado aún a un acuerdo para elegir al nuevo papa que sucederá a Francisco, quien falleció en abril tras 12 años de pontificado marcados por una intensa reforma de la Curia y una fuerte impronta social.
La fumata, observada por miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro y millones a través de los medios, se produjo a las 21:01 horas. El humo oscuro confirma que, tras una primera votación, no se ha alcanzado la mayoría cualificada de dos tercios requerida (al menos 89 votos de los 133 electores presentes).
El cónclave de 2025 es ya el más numeroso de la historia, debido a las ampliaciones del Colegio Cardenalicio que el propio Francisco llevó a cabo en sus últimos años. De los 133 electores, una mayoría procede de países no europeos, reflejo del giro global del catolicismo moderno. África, Asia y América Latina tienen una representación sin precedentes, aunque las alianzas más sólidas parecen formarse en torno a figuras europeas con fuerte experiencia curial.
La elección se perfila como una de las más complejas en décadas. La Iglesia Católica se encuentra ante múltiples desafíos: la crisis de vocaciones, los escándalos de abusos aún sin resolver en varias diócesis, el éxodo de fieles en Occidente, el auge de iglesias pentecostales en América Latina y África, y una creciente presión interna por una mayor apertura a cuestiones como el celibato opcional, el papel de la mujer y el enfoque pastoral hacia colectivos marginados.
Este primer día de cónclave siguió el estricto protocolo del Vaticano. Por la mañana, los cardenales participaron en la misa Pro eligendo Pontifice, presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re. Durante su homilía, Re hizo un llamado a superar “las tentaciones del poder” y a elegir “un pastor según el corazón de Cristo”.
Tras el juramento de secreto y la clausura de las puertas de la Capilla Sixtina, se realizó la primera votación. Mañana jueves, el proceso se reanudará con dos votaciones por la mañana y dos por la tarde. Si después de tres días no hay elección, se hace una pausa para orar y reflexionar.
Mientras tanto, el mundo observa con expectación. Desde líderes religiosos hasta fieles de base, todos aguardan la fumata blanca que anunciará la elección del nuevo sucesor de Pedro. La Plaza de San Pedro permanecerá vigilada, en silencio, hasta que se escuche la mítica frase: “Habemus Papam”.