El gobierno francés, bajo el liderazgo del primer ministro François Bayrou y el presidente Emmanuel Macron, ha anunciado este 20 de marzo de 2025 la distribución de un «manual de supervivencia» a todos los hogares del país, con el objetivo de preparar a la población ante una «amenaza inminente» que incluye la posibilidad de un conflicto armado en territorio nacional. Esta iniciativa, que sigue el ejemplo de países como Suecia y Finlandia, busca fomentar la resiliencia ciudadana frente a diversas crisis, desde desastres naturales hasta ciberataques, crisis sanitarias y enfrentamientos bélicos.
El documento, un folleto de unas 20 páginas que podría llegar a los hogares antes del verano si recibe la aprobación final, contendrá instrucciones prácticas divididas en tres secciones principales: autoprotección, respuesta ante emergencias y participación comunitaria. Entre las recomendaciones se incluye preparar un kit de supervivencia con al menos seis litros de agua, una docena de latas de comida, pilas, linternas y suministros médicos como paracetamol y solución salina. Además, se alentará a los ciudadanos a organizarse con sus vecinos y, en caso extremo, a colaborar con las reservas militares o los servicios de emergencia.
La medida responde a un contexto geopolítico tenso, marcado por las declaraciones de Macron sobre la «amenaza rusa» y la necesidad de fortalecer la defensa europea, especialmente tras la guerra en Ucrania y la incertidumbre sobre el compromiso de Estados Unidos en la OTAN. Aunque el gobierno asegura que el manual no se centra exclusivamente en la guerra, sino en una preparación integral para cualquier crisis, ha generado reacciones mixtas.
Este anuncio coincide con reformas militares en Francia, como el aumento de reservistas de 40,000 a 100,000 para 2035 y la modernización de su arsenal nuclear con cazas Rafale. Aunque el folleto aún está en fase de validación, su distribución refleja una estrategia más amplia para equipar a la población y al país frente a un futuro incierto, en un momento en que Europa enfrenta desafíos climáticos, energéticos y de seguridad sin precedentes.