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viernes, octubre 11, 2024

Estampas del viejo Puerto

Los pescadores del Puerto de la Cruz eran valientes. Sobre todo a la hora de entrar en el muelle, con las corrientes y los botes cargados de pescado. Me han enviado una vieja foto, una estampa entrañable que yo llegué a ver, de chico.

Una preciosa foto del Puerto de mi infancia.

En la vieja pescadería de Luisa, de Candelaria, de María del Carmen, los viejos hombres de la mar. Si ustedes miran la fotografía tienen, de izquierda a derecha, a don Miguel el Clavito, don Pedro Avero, don Ramón el Pitoño, don Gregorio el Cacharrito y don Alfredo el Forrasca. En el Puerto todo el mundo tiene un nombrete. A los Chaves, como se las sabían todas, los llamaban Los Evangelistas. Pero mi abuelo nunca me confesó que teníamos apodo. No estaba bien visto en las clases altas del pueblo. Menos mal que ya no hay clases, o al menos yo no las noto. Yo me he vuelto un proletario con la edad y con eso de no tener un duro. La verdad es que, en estos días, aquejado de un catarro insufrible, veo con asombro cómo estoy subiendo en el ranking del tik-tok, con videos que superan las 250.000 visualizaciones. A ver si después de viejo me voy a  convertir en un influencer. No creo que llegue a eso, pero por lo menos no pierdo las buenas mañas. Bueno, como he tenido –y tengo— un catarro monumental, les diré que para pasar una entrevista de seis folios, con fiebre y cansancio, me las vi negras el sábado por la noche. Al final lo conseguí, pero con mucho sufrimiento. Sentí mucho que goleara el Barcelona y celebré también mucho que goleara el Real Madrid. El Barcelona ya no juega al tiqui-taca, luego se ha convertido en un equipo normal que gana partidos. Espero que los catalanes y asimilados no vuelvan a las andadas, por su bien. El fin de semana ha sido tranquilo, menos mi catarro. Un fin de semana lleno de fútbol y siguiendo las noticias, sobre todo las de Venezuela.

Prisión de El Helicoide, donde tortura el Sebin. Foto Fossi Salas.

He leído un informe terrible de las prisiones de Maduro, ya no sólo El Helicoide, que es donde tortura el Sebin, sino otra que llaman La Tumba, que creo que es terrible. Hay 60.000 personas en las cárceles de Maduro. Muchas de ellas ni siquiera saben por qué están allí, concretamente unos 3.000 presos políticos, entre ellos muchos menores de edad. Las celdas de La Tumba tienen una medida de dos por dos metros y en El Helicoide, las salas de torturas se convierten en baños los fines de semana, para despistar a los visitantes.

El burro de Maduro promueve cárceles terribles.

El mal nacido de Maduro sigue haciendo de las suyas aunque yo creo que ve su final. En realidad, todos los canarios somos un poco Venezuela. Hay otra prisión, la militar de Ramo Verde, donde han estado varios presos políticos, entre otros Antonio Ledezma y Leopoldo López, que ahora viven en Madrid. Bien, la semana no me ha dado para más, al menos que pueda publicar. Bueno, sí, que un amigo sufrió un síncope en la zona de Antequera, pero como me ha pedido que no lo publique, pues no lo publico. Fue sólo un susto. Está perfectamente.

Andrés Chaves
Andrés Chaves
Periodista por la EOP de la Universidad de La Laguna, licenciado y doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, ex presidente de la Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife, ex vicepresidente de la FAPE, fundador de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna y su primer profesor y profesor honorífico de la Complutense. Es miembro del Instituto de Estudios Canarios y de la National Geographic Society.

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