La Selección Española de fútbol le metió cinco batatas a la de Andorra –con la de Gibraltar, la más floja del mundo–, con golazo del tinerfeño Ayoze, tres de Oyarzábal (los que no mete con la Real) y uno de Ferrán. 5-0 al final.
Había más jugadores del Barça que los innumerables mártires de Zaragoza. Algunos, como Yamil Lamal, ni siquiera jugaron. Dos de los goles de España pudieron marcarse en fuera de juego, pero no había VAR. El árbitro era portugués.
Un partido que no dice nada, sino que los viejos son mejores que los jóvenes: Oyarzábal, Navas (contemporáneo de Cristóbal Colón), Morata y Le Normand, por ejemplo. Hay más, ya talluditos.
Quizá estos encuentros con un sparring no sirvan para nada a De la Fuente (bueno, sí, para las estadísticas), que renovó hasta el 2026. Quizá también para realizar los descartes, lo que hará después del partido contra Irlanda del Norte, en Palma, antes de irse para Alemania a intentar hacer algo en la Eurocopa. Yo veo al equipo muy disperso, qué quieren que les diga, aunque cada vez que escribo de fútbol me equivoco.
España estrenó equipaje, bonito, modernito, y el partido se jugó en el Nuevo Vivero de Badajoz, tan nuevo que se averió la megafonía y no pudieron sonar los himnos, que visten mucho. Cada vez que suena el himno de España yo lo canto –por lo bajini, por lo de la memoria histórica— con la letra que Primo de Rivera y luego Franco le encargaron a Pemán, letra patriótica donde las haya. También a veces me viene a la cabeza el texto de Marta Sánchez, menos pomposo.
Terminó 1-0 el primer tiempo, con gol anulado a Morata; bien anulado por fuera de juego. Pero cuando salió Oyarzábal le sonó la flauta y se marcó el tío tres goles en 28 minutos, aprovechando que la defensa de Andorra era muy mala. El mejor fue su portero, que evitó el 10 a 0, porque no pasaron de medio campo en ataque. Con decir que nuestro meta, un tal Raya, se fue a cenar al centro de Badajoz con el utillero, vino y se encontró con que la portería seguía a cero.
En fin, poco ensayo y pocas conclusiones pueden sacarse de un partido en el que España tuvo la pelota más de un 80% del partido. Bien por el entusiasmo de Andorra, pero un país tan pequeño es difícil que pueda mantener una selección de fútbol competitiva. Mejorando lo presente. El público se divirtió e incluso hizo la ola. Tenerife aportó dos jugadores, Ayoze y Pedri. No se quejen, aunque Pedri está más flojo que el tabaco holandés.