
Bueno, es casi imposible que el Tenerife se salve de bajar a Primera Federación, a pesar de sus últimos triunfos, pero hay una disputa y una alianza. La disputa está entre los viejos accionistas y los nuevos. Y la alianza entre Rayco y Garrido, que comieron recientemente en Madrid y llegaron a acuerdos. Parece que la mayor pelea está entre Rayco y Miguel Concepción, cuyo yerno, José Daniel Díaz, es ahora el presidente. En fin, un potaje tremendo. Parece que al final va a ser Rayco García Cabrera quien ocupe la presidencia, pero entonces el equipo estará ya prácticamente descendido, ¿para qué la quiere? En Primera Federación las acciones no valdrán nada.

Lo que sí me han dicho es que Rayco está rabiando con Paulino, el ex presidente colocado ahí como pantalla y que acabó mal de los nervios, expulsado del consejo como agua sucia, yo creo que injustamente. Pero no me han contado los motivos de la pelea, creo que anda por medio una venta de acciones y unas supuestas comisiones, pero no me crean porque se trata sólo de rumores. Algo habrá. Paulino ganaba un sueldito bueno en el Tete, unos 180.000 euros, más 30.000 para gastos de representación. Le pagaban hasta la gasolina del coche. No está mal, yo quiero un empleíto de esos y no tener que estar buscando los euros debajo de las piedras, como si estuviera pulpiando. Pero no me sale una cosa de esas, coño, tengo mala suerte. Bueno, cambio de asunto. Se celebró en el Real Casino el Día Mundial del Teatro, con una intervención del dramaturgo José Padilla, que fue presentado por el profesor de la Universidad de La Laguna, doctor Jorge Méndez. Fue un acto interesante.

Los dos participaron en el documental sobre Blas Cabrera Felipe, estrenado recientemente en Madrid. Y ahora Padilla asesora a los realizadores de un largometraje sobre el gran físico canario, que descubrió el magnetismo de las tierras raras. Fue un acto que reivindicó la memoria de don Blas y de su nieto, también fallecido, Luis Blas Cabrera, arquitecto. Buena celebración, pues, del Día Mundial del Teatro. Leo algo curioso, que quería trasladarles a ustedes: los ricos tienen mejores relaciones sexuales que los mileuristas. La explicación no se da en la noticia, pero yo la sé. Los ricos tienen asegurado su sustento y sus comodidades y sus gastos y los mileuristas, mientras están haciendo el amor, están pensando si llegan o no a fin de mes. Y se trabucan. Y pegan gatillazos. ¿Para qué buscarles los tres pies al gato? Ahí es donde está el quid de la cuestión y no hay más nada.

Mientras escribo, me llega la noticia de que Santos Cerdán, ese tipo del PSOE involucrado, por lo que parece, en el caso Aldama, le ha prometido a Puchi, el catalán con mucho pelo exiliado en Waterloo, que en verano estará en España. ¿Qué pasa que ya habló Cerdán con Conde-Pumpido o que tiene otra mano en el Constitucional? Porque, que yo sepa, el Supremo mantiene la orden de detención contra Puigdemont, así que Cerdán debe estar muy seguro de lo que le dice al catalán. O quizá debería callarse. Sánchez lo estira todo como un chicle, porque ¿cuántas veces le ha prometido a Puchi la amnistía? Pero la amnistía no llega. Y eso es lo que hay por hoy, junto a la preocupación de los ciudadanos de Santa Cruz por la oleada de robos que están sufriendo. Parece mentira que en pleno siglo XXI, con los métodos para detener a los delincuentes que existen, el centro de la capital de una isla como Tenerife esté preocupado porque unos tipos que vienen del Este de Europa, según todos los indicios, les roben a las familias en sus propias casas. Coño, es vergonzoso que la Policía Nacional no haya acabado ya con todo esto. Que se apliquen.