Pocos incidentes, hasta el momento, pero se esperan acontecimientos en Venezuela a medida en que el CNE comience a dar los resultados electorales. El CNE está tan entregado al chavismo como la mayoría del Tribunal Constitucional en España al sanchismo. Es la mejor comparación. Nadie duda de que Maduro intentará amañar los resultados, a no ser que el resultado en su contra sea abrumador.
Ha votado alrededor del 41% de la población, lo que para unas presidenciales en Venezuela se trata de un resultado muy aceptable. El pueblo venezolano es muy aficionado a hablar de política, pero poco aficionado a acudir a las urnas cuando se le llama.
En todo caso, de nada valdrá la fiscalización internacional porque muy pocos observadores son imparciales. De esto se ha cuidado Maduro, que no ha dejado entrar al país a quienes consideraba enemigos políticos. Para eso están Zapatero y Monedero en Venezuela, para ir cribando a los que no interesen. Regresarán a España con los bolsillos llenos. A lo mejor sería interesante hacerles un control en Barajas al regreso.
Veinte millones de venezolanos estaban llamados a votar. Y lo habrán hecho unos nueve millones. Esos nueve millones, trampas aparte, son los que decidirán el futuro de este país y pueden evitar una tercera elección de Nicolás Maduro. De lo contrario, si Maduro sigue en el poder será más perdurable que el propio Chávez, que fue quien lo eligió para el cargo.
Ha habido una guerra de sondeos a pie de urna. El chavismo y la oposición dicen que han ganado. Corina Machado se ha recorrido toda Caracas en una moto, colegio a colegio. Maduro madrugó para votar. Pero de nada vale eso de un voto/un hombre si luego meten puñados de votos fraudulentos en las urnas.
La oposición anima a los testigos a recoger las actas, para contrastar el conteo. Los miembros del Consejo Nacional Electoral tienen las llaves de las máquinas que cuentan los votos y de ellos depende que el resultados sea el correcto o el fraudulento.
Todavía no hay ningún medio, cuando son las 12 y media de la noche en Canarias, que se atreva a ofrecer resultados fiables. El recuento en Venezuela es lento. Hay algo positivo. Que hasta el momento, repito, no ha habido incidentes graves en ninguna parte del país.
Pero nadie sensato duda de que habrá trampas. Maduro no se puede exponer a perder y si ve que no gana por las buenas alterará los resultados. A esta dictadura, que cuenta con el apoyo cómplice del Ejército, es muy difícil ganarle. Aunque quién sabe. En Latinoamérica todo es posible, aquí nació el realismo mágico. Esperemos unas horas.