La mayor mentira de la res publica nacional. El mayor fraude de nuestra democracia. Políticamente indecente, incapaz de asumir su derrota en las urnas y de felicitar -aun protocolariamente– al vencedor. Pseudo-presidente de un gobierno de compra-venta. El voto ciudadano como carta blanca para hacer su “sanchísima” voluntad, disfrazándola de decisión popular. Superviviente en el ruido, la confusión y el caos.
Comisiones enmascaradas, “mordidas” sangrantes, feroces dentelladas de corrupción, interesados patrocinios, concursos amañados, avales incondicionales, contratos con tretas, presidencial rescate aéreo, antiestéticas cartas de recomendación. Ministerios envueltos en misterio; sin ceses, sin dimisiones.
Teléfonos móviles espiados, silenciados, amordazados; sospechosas maletas viajeras.
Manos ocultas, escondidas en los bolsillos en la entrega de los Premios Cervantes.
Soberanamente despreciable. Realmente impresentable.
Israel, Francia, Marruecos, Rusia, Venezuela y España en la órbita. España desorbitada.
De Aldama, Barrabés, Hidalgo, Ábalos, Gómez. Aquel Koldo trajo este lodo.
Implicaciones sin explicaciones. Transparente opacidad. Omertà.
Asuntos sucios. Manos Limpias.
Demanda, no querella. ¡Manda carallo!
Pintan bastos.
Pedro, no enredes. Pedro, no en redes.
Carta… bomba a la ciudadanía. Oscuras reminiscencias de un pasado próximo.
Arma de destrucción misiva con un contenido explosivo; una bomba de racimo teledirigida a los contrapoderes del Estado.
Párvula declaración de rancio amor conyugal, político y patrio.
Difamante proclama de acoso y derribo personal, digital, político y judicial.
Semejante infame presente explica tan infame tesis.
Peligrosamente autocrática, carente de autocrítica.
Infundios, fango, bulos… ¡Vaffanculo!
Tirar del mantra. El PSOE invocando, en El nombre de la rosa, a Eco y el eco de su maquinaria del fango.
Enésima excentricidad. Órdago.
Excedencia voluntaria en La Moncloa de cinco días y cinco noches entre elecciones y un Comité Federal fantasma, decapitado, con el inequívoco objetivo de concentrar la atención nacional en su egocéntrica persona. ¿Por qué cinco días? ¿Casualidad? Causalidad. Tiempo de Silencio. Tic, tac… Tic, tac… Tic, Toc.
Intramuros. Cartas boca arriba, indisimuladamente marcadas. ¿Dimisión? ¿Cuestión de confianza? Faroles.
Extramuros. Fallida excursión en guagua de “followers” a Ferraz, en una suerte de Walking Dead en apoyo incondicional al líder.
Paroxismo. Súplicas, plegarias, imploraciones, plañideras, adoradores, idólatras abducidos, fedatarios de una manida lealtad inquebrantable, afligidos temerosos al abandono, a la dimisión, al cesar del César.
29 de abril. San Pedro Mártir. Efectismo.
Presidente fingidamente doliente en comparecencia –a deshora– previa okupación relámpago de la Zarzuela. Sin medios. Él. El centro. Sin preguntas, sin respuestas.
Reflexivo. Reforzado por un “abrumador” apoyo ciudadano. Maduro, comunicando su decisión de seguir. La sola opción. Quien dudase… no conoce al personaje.
Toca tomar cartas en el asunto y cantar las cuarenta a la Oposición, al Poder Judicial y a los insumisos pseudo-medios de comunicación y liderar la conversión de la democracia en la Pedrocracia. Histeria democrática. Gobierno Cuelgamuros. Levantamuros.
Encuestas manipuladas, entrevistas edulcoradas en medios ufanos, afines.
“Es un punto y aparte”. Apártese y punto.
Cátedra, Máster, Tesis. Intelecto a raudales; raudos intelectuales.
Begoña y Pedro. Pareja de ases.
Matrimonio a la carta. Pedro y Begoña…
