La Real Academia de la Lengua describe la palabra santiamén como: loc. adv. Coloquial: En un instante.
Pues es instante es lo que dura la conciencia de todos los españoles, incluida la mía, por supuesto.
Después de ver como todos los días nos hablan de millones de euros defraudados, robados, pagados a prostitutas, en comisiones, en pisos, en coches, en chalet, en España y hasta en República Dominicana, como se habla de denuncias presentadas en la Fiscalía con millones de euros a nombre de la esposa del presidente, que su hermano no sepa ni dónde queda el lugar de trabajo donde presuntamente le han enchufado; que ex ministros defensores del “sí es sí” digan ahora que esa no es la jerga de la calle; pues oiga, que no ocurre nada.
Después de que hagan reformas de leyes con decretos, todos ellos en un batiburrillo publicado en el BOE, donde los esquemas ya no consiguen poner orden; que reformen a su antojo, que quiten, que añadan, que inventen… pues eso, que no ocurre nada.
Después de ver a miles de españoles cada vez con más necesidades, viviendo de ayudas sociales a las que llamamos la nueva normalidad, después de ver la llegada de miles de inmigrantes a diario, de ONGs repartiendo mantas rojas mientras se llenan los bolsillos, de ver las necesitades de miles de personas, pues eso, que no ocurre nada.
Después de ver cómo se hacen con el control de la justicia, como se ríen de los jueces, para colocarles personas de reconocido prestigio en sus puestos; de cómo manipulan la televisión regadas de subvenciones, el control de Correos y Telefónica con puestos de recocido prestigio, pues eso, no ocurre nada.
Pasó el volcán, pasó la riada en Valencia, y eso, no ocurre nada. Ahí siguen los vecinos viviendo en contenedores, y los otros aún recogiendo lodo, y muchos de ellos, sin poder ni comer comida caliente sin que sea con ayuda.
Y llegamos a los de siempre, a la casta política de este país, de derechas, de izquierda, del centro, de simplemente asociación creada para tener un puesto de trabajo, que ya sin pena ni gloria no oculta su fanfarronería, ni su soberbia. Se ríen en nuestra cara y no les importa la deriva que esto está cogiendo, no sé si ciegos de poder, o en realidad, ignorantes peones; y no sé qué es peor.
Pues eso, no ocurre nada: el santiamén de la conciencia.