Los jugadores del Real Madrid están tirando la Liga poco a poco y de los siete puntos que le llevaban al Barça, que es el máximo candidato a ganarla, mañana puede estar su equipo a tres menos que los catalanes.
Un lamentable partido del Real Madrid, que tuvo sólo 20 minutos espléndidos al principio del partido. Después se durmió, como casi siempre, se dejó meter un gol de córner y luego, en la segunda mitad, el Betis desempató de penalti, justamente señalado a Rüdiger. En esos 20 primeros minutos metió el gol Brahim, en jugada primero de Mbappé y después de Mendy, que le dio el pase atrás al malagueño.
Mereció perder el Madrid, ante un Betis valiente y bien dirigido por Isco, el mejor jugador sobre el terreno de juego. El Real Madrid no puede seguir dejándolo todo para el final, porque los finales de los partidos son cortos y es ahí donde pueden llegar las humillaciones.
El Real Madrid ayer fue un equipo dominado por el Betis en la segunda mitad y en el final de la primera. Un aspirante a ganar la Liga no puede jugar así, y menos ante un equipo de la mitad de la tabla. Uno no se explica cómo Ancelotti se empeña en Alaba, en vez de Asencio, cuando el austriaco no está del todo bien. Y tampoco se explica por qué no retira a Tchouameni, cuando no es capaz de entregar un balón al pie a un compañero. Se ha convertido en un palero.
Los jugadores madridistas no disputan bien algunos partidos, sobre todo ante equipos muy unidos y muy entusiastas, que se juntan en el esfuerzo para derrotar a otro, teóricamente mejor, plagado de individualidades. Ya no es tan difícil ganar al Real Madrid y eso es grave.
Mbappé no dio una a derechas, casi ni una, sólo en el pase del gol, perdía todos los balones en los regates, que es su especialidad. Otro partido más sin marcar la estrella francesa, otra decepcionante actuación del Real Madrid como equipo y quizá otro mal planteamiento técnico del entrenador madridista.
El Betis nunca le puede ganar al Real Madrid, pero ayer le ganó. Y a Endrick, que sustituyó a Mbappé, alguien tiene que decirle que no salga al campo como un toro bravo sino que se calme. El fútbol es también calma. Yo, después de un remate al aire que hizo, lo hubiera sentado en el banquillo. Para siempre.
Ni siquiera el Madrid, muy a su estilo último, se puede quejar de la actuación del árbitro, Hernández Hernández, que ha dejado de ser –o parecer— culé y pita ahora con bastante imparcialidad. O sea, que menos videos y más ser un club señor y que los jugadores tengan más vergüenza y demuestren lo que cobran todos los años. Mereció ganar el Betis. Sin discusión.
Aguacero sobre el Villamarín, lleno absoluto y el Madrid que va para abajo en la Liga, ha perdido y empatado demasiados partidos para ganarla con justicia. No merece ganarla. Sin embargo, el Barcelona opta a ella y posiblemente la va a conquistar si el Real Madrid sigue tirándola a la basura. Una vergüenza para los blancos, que ya no saben cerrar los partidos como antes.
Ancelotti, cabreado, dijo que al Real Madrid le ha faltado actitud y compromiso y, esto le honra, que el Betis había jugado mejor. Tendrá que analizar qué parte de culpa tiene él y qué parte los jugadores. La verdad, yo creo que más sus jugadores que él.