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domingo, 25 mayo,2025

El Real Madrid se da un baño de fútbol ante Osasuna (4-0)

El Real Madrid acabó con la crisis e, incluso, ganó un central. Primero comenzó siendo el Pupas: cayeron Rodrigo, Militao y Lucas Vázquez. Lo de Militao vuelve a ser muy grave. Pero luego ganó un central del filial, Asencio, que dio un pase magistral a Bellingham, mucho más suelto que en los últimos partidos, para que batiera a Herrera de vaselina. Son la parte mala y la parte buena del fútbol, que nunca trata igual a sus equipos. Por eso el fútbol es tan apasionante. Ahora Asencio, un chiquillo de los de Raúl, tendrá un puesto en el equipo para mucho tiempo. Que lo aproveche.

Y la otra sorpresa del partido fue el pase que Lunin le envió a Viniciuis, cuando el portero atrapó la pelota a la salida de un córner, en su área, y le mandó al brasileño un pelotazo de 50 metros que éste controló, acarició el balón, esprintó, sorteó al portero del Osasuna, se fue a la izquierda y la envió a la red. Un gol bellísimo del Balón de Oro moral, en medio del entusiasmo del Santiago Bernabéu.

El Madrid, por fin, se encontró a sí mismo. No había que hacer otra cosa que esforzarse y pedir que Mbappé vuelva a ser él, porque todavía no es él, aunque el equipo haya jugado para él. No le marca un gol ni al arcobaleno.

Vinicius anotó primero, de un latigazo, en jugada personal, luego Bellingham y en la segunda parte otros dos del chico de Brasil, que hizo diabluras, jugó por donde le dio la gana y cuando Ancelotti lo sacó del campo le dio un abrazo a su entrenador que casi lo rompe.

Trámite solucionado y resurrección consumada. Ya verán que a partir de ahora el equipo de Florentino Pérez, que se tendrá que rascar el bolsillo en enero, es un cañón. En enero tienen que llegar un central de postín –Alaba probablemente no volverá a jugar en plenas facultades— y un lateral derecho, que sustituya hasta final de temporada al menos a Carbajal.

El Osasuna puso voluntad, más voluntad que otra cosa, ante la avalancha de nieve que se le vino encima. Y cuando el Real Madrid se pone a jugar, no hay tu tía. Es muy veloz, conduce bien la pelota y descubre el verdadero secreto del fútbol: que todas las  segundas jugadas sean suyas. Como en la época gloriosa de Toni Kroos.

Por cierto, al pobre Mòdric no le sale nada, pero ya le saldrá porque un jugador de su categoría siempre gana. Aunque sea su última temporada de fútbol en serio. Con 40 años.

Brindemos, pues, por la resurrección del Real Madrid, que es también la resurrección del fútbol. Y, ahora, a ganar, a golear y a jugar bien, que son las tres emociones principales que el balompié nos puede brindar. Yo brindo por la llegada de Asencio: me da que ahí hay un gran central. Ancelotti también debe dar más minutos a Endrick y a Güller. Da gusto verlos jugar. Uf, qué alivio.

A. Hernández-Romero
A. Hernández-Romero
Bajo el seudónimo de A. Hernández-Romero escribe un colectivo de periodistas deportivos que colabora con este periódico.

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