La falta de apoyos en el Congreso de los Diputados se ha convertido en un lastre para el Gobierno de Pedro Sánchez. En la última sesión plenaria, los socialistas han encajado cuatro nuevas derrotas, lo que eleva a 85 el número total de votaciones perdidas en la legislatura. Sin embargo, lo más llamativo no ha sido solo el bloqueo sistemático de la oposición, sino que una de estas derrotas ha sido propiciada por Sumar, su propio socio en la coalición gubernamental.
El desencuentro dentro del Ejecutivo quedó patente en la votación de una iniciativa impulsada por Chunta Aragonesista dentro del grupo de Sumar, que proponía la creación de un fondo de compensación para Aragón por valor de al menos 87 millones de euros. El respaldo de partidos como PP, ERC, Podemos y Coalición Canaria evidenció la fragilidad de los acuerdos entre PSOE y Sumar, que, en teoría, deberían coordinarse para evitar este tipo de tropiezos internos.
A esta derrota se sumaron tres más en relación con una moción del Partido Popular sobre vivienda. La primera, centrada en facilitar suelo público para la construcción de viviendas a precios asequibles, salió adelante con el apoyo de Vox, PNV, UPN y Coalición Canaria. Otra iniciativa, que busca medidas concretas para mejorar el acceso a la vivienda de los jóvenes, también contó con el respaldo de la derecha y el nacionalismo vasco. Pero quizás la más simbólica fue la relativa a la okupación, un tema que la oposición ha convertido en uno de sus principales caballos de batalla.
La estrategia del PP de desglosar sus iniciativas en múltiples votaciones ha demostrado ser eficaz para poner en evidencia la soledad parlamentaria del PSOE. Mientras el Ejecutivo trata de vender estabilidad y capacidad de gestión, la realidad de los números muestra un panorama distinto: los socialistas no solo están perdiendo votaciones, sino que lo hacen de forma recurrente, incluso en cuestiones clave para su agenda política.
Una tendencia preocupante para el Gobierno
Las cuatro derrotas de este miércoles son solo un episodio más en una tendencia que viene marcando la legislatura. El 19 de diciembre de 2024, el PSOE sufrió un récord de 23 votaciones fallidas en un solo día, muchas de ellas sobre enmiendas a la Ley contra el Desperdicio Alimentario y el impuesto europeo a las multinacionales.
Más allá de las votaciones puntuales, el Gobierno también ha visto caer tres decretos leyes y tres proposiciones de ley en áreas sensibles como la lucha contra la prostitución, la reforma de la Ley de Extranjería y el testamento vital. A esto se suma la retirada de su reforma de la Ley de Suelo en mayo de 2024, cuando quedó claro que no contaba con los apoyos suficientes para sacarla adelante.
Con un Congreso fragmentado y un Ejecutivo cada vez más debilitado en las votaciones clave, la pregunta es inevitable: ¿hasta qué punto puede sostenerse un gobierno que pierde constantemente el pulso parlamentario? La acumulación de derrotas sugiere que el PSOE no solo enfrenta una oposición beligerante, sino también una evidente falta de cohesión dentro de su propio bloque.