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lunes, 1 diciembre,2025

El padre de Miguel Uribe Turbay se convierte en precandidato presidencial tras el asesinato de su hijo

En un giro que conjuga el luto familiar con la ambición política, Miguel Uribe Londoño, de 72 años y padre del senador asesinado Miguel Uribe Turbay, ha sido oficializado como precandidato presidencial por el partido Centro Democrático. Apenas doce días después de la muerte de su hijo, víctima de un atentado que ha conmocionado a Colombia, Uribe Londoño asume el relevo en una precampaña que se tiñe de tragedia y resiliencia. «No podrán callar la voz de millones», declaró el nuevo aspirante, en un mensaje que resuena como un desafío al crimen organizado y a las divisiones políticas del país. Este anuncio, realizado el pasado jueves, eleva a cinco el número de precandidatos del uribismo, en un contexto donde la violencia política revive fantasmas del pasado colombiano.

Una familia marcada por la historia y la violencia

La saga de los Turbay es un capítulo vivo de la turbulenta historia política de Colombia. Miguel Uribe Turbay, nieto del expresidente Julio César Turbay Ayala (1978-1982), creció en un linaje de poder y tragedia. Su tía, la periodista Diana Turbay, fue secuestrada y asesinada por el cartel de Medellín en 1991, un suceso que marcó la lucha contra el narcoterrorismo. Él mismo, a los cinco años, vivió el horror de perder a su madre en circunstancias similares, un paralelismo escalofriante con su propio hijo, ahora huérfano a la misma edad.

Uribe Turbay, de 39 años, era un senador carismático y crítico feroz del Gobierno de Gustavo Petro. Como precandidato presidencial, representaba la línea dura del Centro Democrático, fundado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez. Su asesinato se produjo el 7 de junio en un acto de campaña en la localidad de Fontibón, Bogotá, donde recibió múltiples disparos en la cabeza. Tras dos meses en coma, falleció el 11 de agosto, dejando un vacío que su partido ha decidido llenar con su progenitor. La Fiscalía investiga el caso como magnicidio, con seis detenidos y pistas que apuntan a posibles motivaciones políticas o narcotráfico, aunque el presidente Petro ha multiplicado hipótesis sin confirmaciones definitivas.

El homicidio ha revivido en Colombia la sombra de los magnicidios, un flagelo que ha segado la vida de líderes como Luis Carlos Galán o Jorge Eliécer Gaitán. «La muerte de Miguel Uribe enfrenta al país a su peor pesadilla», analizan expertos, recordando que América Latina acumula uno de los mayores historiales de violencia política.

La trayectoria de Miguel Uribe Londoño: de la sombra al frente

Miguel Uribe Londoño, bogotano de pura cepa, no es un novato en la arena política. Abogado de formación, ha navegado por las aguas del poder durante décadas, aunque en roles más discretos que los de su hijo. Fue concejal de Bogotá en los años 80, viceministro de Justicia bajo el Gobierno de César Gaviria y asesor en temas de seguridad durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez. Retirado de la vida pública desde hace una década, su regreso se produce en circunstancias excepcionales, impulsado por una reunión privada con el expresidente Uribe Vélez, quien lo animó a «recoger la bandera» de su hijo.

A sus 72 años, Uribe Londoño se presenta como un custodio del legado familiar. «Colombia gana con su experiencia», declaró el partido en un comunicado, donde lo describe como un «hombre de principios» que mantendrá la lucha contra la corrupción y el narcotráfico. En su primera intervención tras el anuncio, enfatizó: «Buscaré mantener vivo el legado de mi hijo, que murió por defender sus ideas». Su entrada eleva la competencia interna del Centro Democrático, donde competirá en una encuesta con figuras como María Fernanda Cabal, Paloma Valencia, Honorio Henríquez y Alirio Barrera.

Implicaciones para el panorama electoral de 2026

Este movimiento no es solo un relevo familiar; altera el tablero de las elecciones presidenciales de 2026. El Centro Democrático, principal fuerza opositora, busca capitalizar el martirio de Uribe Turbay para unir a sus bases y atraer votos emocionales. «Es un símbolo de resiliencia», opina el analista político Andrés Mejía, aunque advierte que la edad de Uribe Londoño podría ser un lastre en una campaña agotadora.

El asesinato y su secuela subrayan la fragilidad de la democracia colombiana. El Gobierno de Petro, criticado por su manejo de la seguridad, se enfrenta a acusaciones de negligencia, mientras la oposición clama por justicia. «El padre asume la precandidatura en medio del magnicidio», resume la prensa internacional, destacando cómo la violencia sigue moldeando la política del país.

La noticia ha generado un torrente de reacciones. Desde el Congreso, donde se rindió homenaje al difunto con su féretro expuesto, hasta las redes sociales, donde se multiplican los mensajes de apoyo y las teorías conspirativas.

Redacción
Redacción
Equipo de Redacción de elburgado.com

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