Mi amiga Carmen Rubio, que une a su condición de científica –es catedrática de la Facultad de Farmacia— con la de interesada por las cosas de su tierra, me dice que vaya al restaurante de ese hotel nuevo que han abierto donde primero fue Galerías Preciados y luego El Corte Inglés, en la santacrucera calle del Pilar. El restaurante, muy apropiado el nombre, se llama Despreciados. Desde luego que lo probaré. Y me dice que se come muy bien. Y me habla también de un chiringuito, con orquesta los viernes, que han montado en el Club Náutico, que creo que ahora preside Andrés Orozco (a mí me echaron por falta de pago). Si no tenía, no podía pagar, y además no iba nunca. El lugar se llama El Kiosco del Mar. Y me dice Carmen que los viernes toca una orquesta, cada vez una distinta, que el ambiente es agradable y que pasar un rato junto al mar, con buena música y buenas compañías no está nada mal. No sé por qué dejó la presidencia Mele Montes de Oca, que es una farmacéutica y emprendedora y fue una excelente jugadora de baloncesto. Hace tiempo que no la veo. Pero Orozco es capaz de hacerlo muy bien, ya que experiencia en gestión tiene y le sobra. Fue director regional de La Caixa y es una persona muy bien considerada en la entidad catalana, que tiene su sede principal en Valencia. Yo cada vez que recibo una llamada de Valencia no la cojo porque sé que viene de La Caixa y no es cuestión. Bastante hago con cuidarle la oficina que está justo enfrente de mi casa, cajeros automáticos incluidos. Y no les cobro nada. Con Carmen Rubio y con la diseñadora gráfica Blanca Rodríguez de Azero estuve ayer en Los Limoneros. Blanca tiene un proyecto precioso, que contará en Diario de Avisos el próximo lunes y yo no voy a pisar la información, que no corresponde a esta sección. Me dice Lucas Fernández, mi amigo y presidente del Grupo Plató del Atlántico, que hay buenos e interesantes proyectos inmediatos para el grupo. Si me autoriza a contarlos, lo haré en su momento.
El profesor Antonio Alarcó se ha ido a Brasil, a impartir una conferencia en una universidad brasileña: “Desafíos y oportunidades del uso de la inteligencia artificial en la práctica clínica-quirúrgica”. Será el 30 de este mes. Que ni chiquita paliza, viaje de ida y vuelta a Brasil, menos mal que viaja en primera clase. De lo contrario sería inaguantable. No es una universidad de la capital, sino otra, aunque de mucho prestigio, en Teresina. Tiene que hacer trasbordo, para más inri. O sea, que encima debe coger enlaces aéreos. Dios, qué pereza. Yo no me movería de aquí ni por todo el oro del mundo y menos con los divertículos dándome la lata y cagándome –en su caso— por los pasillos de los aviones. Ni de coña. En mi casa, que lo tengo todo a mano. En realidad, yo ya no voy a ninguna parte, sino a Los Limoneros, aunque de vez en cuando pruebo algo nuevo, como el restaurante Bambi Gourmet, que está a un tiro de piedra de mi casa y entonces sí llego. Y esto, un tanto escatológica la última parte, es lo que tengo por hoy; supongo que con el final de agosto las noticias cambiarán de cara. O a lo mejor no, a lo mejor siguen siendo noticias de verano. Como Canarias es un país de pobres y de contrastes, pues por eso. También de contradicciones.