- Publicidad -
Cajasiete
miércoles, 18 junio,2025

El orgullo de ser europeo se manifiesta en Roma

Mientras Europa enfrenta crisis económicas, tensiones geopolíticas y una creciente desafección ciudadana con sus instituciones, una manifestación multitudinaria en Roma ha querido reivindicar el orgullo de ser europeo. Más de 30.000 personas, según los organizadores, llenaron la plaza del Popolo con banderas azules y discursos emotivos, pero ¿fue esta concentración una expresión genuina de unidad o un acto de nostalgia ante un proyecto europeo que no termina de responder a los desafíos actuales?

Lo que comenzó como un artículo de opinión en La Repubblica se convirtió en una movilización que atrajo a artistas, intelectuales, políticos de distintos signos y hasta alcaldes de diversas ciudades italianas. La consigna era simple: “Una plaza por Europa”. Pero el contexto político y social invita a cuestionar hasta qué punto este acto refleja un sentimiento mayoritario o si se trata de una demostración más simbólica que efectiva.

El evento estuvo marcado por la presencia de figuras conocidas como el escritor Antonio Scurati, el arquitecto Renzo Piano y el francés Daniel Pennac, quienes intervinieron en un escenario donde la organización pronto se desbordó. Entre las banderas de la UE, aparecieron también las de Ucrania y otras por la paz, lo que reveló que el mensaje de la jornada era más complejo de lo que se anunciaba.

Entre los oradores destacó el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, quien, en italiano, proclamó que «Europa no es una burocracia lejana, Europa somos nosotros». Sin embargo, la participación de personalidades políticas y el respaldo de partidos como el centroizquierdista Partido Democrático (PD) deja en el aire la pregunta de si esta era una movilización ciudadana espontánea o una estrategia de ciertos sectores para reforzar una visión particular de Europa. No es casualidad que fuerzas del Gobierno italiano, encabezado por Giorgia Meloni, se mantuvieran al margen.

Uno de los momentos más simbólicos fue la subida al escenario de más de cincuenta alcaldes italianos, un gesto que pretendía mostrar unidad, pero que también puede interpretarse como una representación de las élites políticas que a menudo son vistas como distantes de la ciudadanía común.

El periodista Michele Serra, impulsor de la idea, reconoció que la manifestación respondió a una «necesidad desesperada de representación». Su mensaje suena esperanzador, pero también revela la crisis de representatividad que atraviesa la política europea. Que un evento como este tenga que surgir desde la opinión pública y no desde las instituciones dice mucho sobre el estado del proyecto europeo.

A lo largo del acto, hubo referencias constantes al Manifiesto de Ventotene, texto fundacional de la UE escrito por disidentes antifascistas en 1941. Sin embargo, el contexto actual es otro. La Europa de hoy enfrenta retos como el auge de los populismos, la crisis migratoria, el cambio climático y las dificultades económicas, problemáticas que no pueden resolverse con actos simbólicos, sino con políticas concretas y decisiones valientes.

En definitiva, la manifestación de Roma deja más preguntas que respuestas. ¿Fue una muestra de fuerza del europeísmo ciudadano o una expresión de nostalgia por una Europa idealizada? La plaza del Popolo vibró con discursos y emociones, pero queda por ver si ese fervor se traducirá en un impulso real para afrontar los retos que hoy ponen en jaque el proyecto europeo.

Gabriel Suárez
Gabriel Suárez
Redactor de El Burgado, estudiante de Periodismo en la Universidad de La Laguna, directivo de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas, Vicepresidente del Consejo de Estudiantes de la Universidad de La Laguna y colaborador en programas de televisión y emisoras de radios

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -spot_img
spot_img

LECTOR AL HABLA