- Publicidad -
Cajasiete
lunes, 23 junio,2025

El Mundo desvela mensajes entre Sánchez y Ábalos: eran como Pili y Mili

Detrás de los míticos silencios de Pedro Sánchez y de la imagen de resiliencia que él mismo ha cultivado con esmero, se esconde —según revelaciones recientes— una red de mensajes de WhatsApp con José Luis Ábalos que muestra una faceta mucho más cruda y autoritaria del presidente del Gobierno. No se trata de meros intercambios informales: los chats descubiertos en el marco del caso Koldo apuntan a una estrategia deliberada de acoso interno a quienes osaran discrepar del líder socialista.

En estos mensajes, recogidos por El Mundo, Sánchez parece obsesionado con la disciplina interna y la eliminación de toda voz crítica, en especial la de los barones territoriales que se resistían a su línea política. El presidente no escatimaba en descalificaciones —»hipócritas», «petardo», «lamentable»— hacia aquellos que defendían una visión distinta sobre pactos como el de Bildu o sobre los indultos a los líderes del procés. El tono es revelador: no hay lugar para el disenso, ni siquiera dentro del propio partido.

Lejos de fomentar un partido plural o de permitir una cultura interna de debate, los mensajes reflejan un PSOE sometido a una lógica vertical en la que la unidad se impone por decreto. Ábalos, en su papel de ejecutor, aparece como el encargado de «marcar» y controlar a presidentes autonómicos como García-Page, Lambán, Vara o Ximo Puig, a fin de asegurarse de que todos «vayan en línea». Lo preocupante no es solo el lenguaje autoritario, sino la naturalidad con la que se planifica la neutralización del debate interno.

La falta de reacción institucional también es significativa. Consultadas por el medio, fuentes de La Moncloa se limitan a declarar que no comentarán conversaciones privadas. Pero cuando esas conversaciones privadas evidencian dinámicas que rozan el matonismo político, el silencio resulta más ensordecedor que nunca.

Resulta inquietante que en pleno siglo XXI se recurra a prácticas tan antiguas como el amedrentamiento o el aislamiento de las voces críticas. El supuesto liderazgo de Sánchez, construido sobre el control absoluto del mensaje y la anulación del pluralismo, parece incompatible con la idea de un partido democrático. Esta revelación no solo cuestiona la gestión interna del PSOE, sino la salud del diálogo político en España.

¿Dónde queda el partido que defendía la libertad de expresión y la diversidad ideológica? ¿Y qué implicaciones tiene que la estrategia del Gobierno se gestara en chats cerrados y con expresiones propias de una camarilla más que de un equipo de Estado?

La historia que se lee entre líneas no es la de un presidente firme ante la adversidad, sino la de un líder que, temeroso de perder el control, decidió silenciar cualquier sombra de crítica. A cualquier precio.

Gabriel Suárez
Gabriel Suárez
Redactor de El Burgado, estudiante de Periodismo en la Universidad de La Laguna, directivo de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas, Vicepresidente del Consejo de Estudiantes de la Universidad de La Laguna y colaborador en programas de televisión y emisoras de radios

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Publicidad -spot_img
spot_img

LECTOR AL HABLA