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viernes, octubre 11, 2024

El Mosad

David Ben Gurión, uno de los padres de la patria judía, que da nombre al aeropuerto de Tel-Aviv, fundó el Mosad, el servicio de inteligencia más sofisticado y eficaz del mundo. Y el que con más medios cuenta, incluyendo a la CIA norteamericana. El Mosad ha puesto en marcha la mayor operación antiterrorista de la historia, introduciendo en los beepers y en los walkie- talkies de los terroristas de Hizbolá, financiados por Irán en el Líbano, una cantidad pequeña de C-4, el mortífero explosivo plástico, detonador incluido, que ha lesionado a más de 4.000 terroristas, colaboradores y hasta algún inocente, matando a una quincena de ellos e hiriendo de diversa consideración y mutilando a esos 4.000 pájaros, más algún inocente que pasaba por allí. Siempre se producen daños colaterales lamentables. Este modo de causar bajas entre el enemigo es novedoso y pronto veremos la hazaña del Mosad en una serie de televisión de éxito; cuanto antes, mejor. Yo no me la pierdo. La forma en que el Mosad –que calla, como siempre— actuó no se conoce bien. ¿Cuándo fueron colocados los explosivos en esos aparatos? ¿Fue en la fábrica? ¿Acaso en los transportes de esos dispositivos hasta el Líbano? Lo cierto es que ayer explotaron los beepers y hoy los walkies, accionados sus detonadores a distancia y todos a la vez. Una jugada, desde el punto de vista antiterrorista, maestra. ¿Fue acaso a través de la inteligencia artificial o quizá fue todo mucho más sencillo? ¿Fueron accionados los detonadores por drones cercanos que hicieron de repetidores por todo el Líbano? Lo cierto es que Israel había acabado con Hamás, ha matado a sus líderes que secuestraron y asesinaron a personas inocentes que asistían a un concierto, ha arrasado prácticamente la patria de Hamás, que es la franja de Gaza, y ahora está liquidando a Hizbolá, la organización terrorista financiada por Irán que ataca constantemente, generalmente sin éxito, a Israel, y que opera desde el Líbano. Con cohetes. No se sabe dónde están fabricados los beepers y los walkie: Hungría lo niega, lo niega Taiwán y lo niega el Sagrado Corazón de Jesús. Resulta que se fabricaron solos. Pero el Mosad sí que lo sabe, actuó y ahora los terroristas de Hizbolá sospechan de un petardazo cuando abren sus neveras o conectan el aire acondicionado o abren las cerraduras de sus casas. Y es que quien a hierro mata no puede morir a sombrerazos. La pena es que siempre cae algún inocente, pero en la guerra los daños colaterales lamentablemente se producen. Y más en la cruel y despiadada guerra moderna, tan brutal. En todo caso, Israel es un pueblo que se defiende. Recuerden aquel concierto y la brutalidad de Hamás, cuyas bestias asesinaban hasta a los bebés de los kibutz cercanos que dormían en sus cunitas. Todo lo que se haga contra el terrorismo es evitar que caigan inocentes. ¿El fin justifica los medios? Ah, no sé.

Andrés Chaves
Andrés Chaves
Periodista por la EOP de la Universidad de La Laguna, licenciado y doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, ex presidente de la Asociación de la Prensa de Santa Cruz de Tenerife, ex vicepresidente de la FAPE, fundador de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad de La Laguna y su primer profesor y profesor honorífico de la Complutense. Es miembro del Instituto de Estudios Canarios y de la National Geographic Society.

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