Los mercados financieros han cerrado una jornada marcada por la incertidumbre y el nerviosismo. La bolsa de Madrid se ha desplomado este viernes un 5,83%, alcanzando caídas de hasta el 7% en algunos momentos del día, niveles que no se veían desde la crisis de la COVID-19 en marzo de 2020. La banca ha sido el epicentro del terremoto bursátil, con pérdidas superiores al 10% en algunas entidades.
El desplome del Ibex 35 no ha sido un fenómeno aislado, sino el reflejo de una crisis más profunda en los mercados europeos. Mientras el selectivo español encabezaba las caídas, otras bolsas del continente también registraban descensos significativos: Londres perdió un 1,55%, París un 3,31% y Milán un 3,60%. En Alemania, el DAX cayó un 4,95%, reflejando el impacto generalizado de la crisis bancaria y la incertidumbre económica.
¿Un problema coyuntural o un síntoma de algo más grave?
Si bien los analistas atribuyen la debacle a la política arancelaria de Donald Trump y al temor de una recesión global, cabe preguntarse hasta qué punto esta caída es un simple ajuste del mercado o el preludio de una crisis de mayor calado. La banca ha sido el sector más golpeado, con caídas pronunciadas en entidades como Unicaja (-10,56%), Caixabank (-10,30%) o BBVA (-9,37%). Sin embargo, el nerviosismo no es exclusivo del sector financiero: Acerinox (-9,78%) y otras empresas fuera del ámbito bancario también han sufrido pérdidas considerables.
Algunos expertos advierten que el problema no radica únicamente en la coyuntura económica actual, sino en la fragilidad estructural de los mercados financieros. «Estamos viendo las consecuencias de un modelo económico basado en la especulación y la sobredependencia de la banca. La caída de hoy no es solo un accidente, es una advertencia», señala un analista consultado.
El efecto dominó: petróleo, divisas y el temor a una recesión global
La volatilidad de los mercados también ha tenido repercusiones en otros sectores. El precio del barril de petróleo Brent se ha desplomado un 6,33%, cayendo hasta los 65,70 dólares, su nivel más bajo desde julio de 2022. En el mercado de divisas, el euro ha subido hasta los 1,0977 dólares, mientras que los bonos a 10 años han visto aumentar su rentabilidad al 3,228%, señal de una creciente aversión al riesgo.
En este contexto, el llamado «índice del miedo» (VIX) ha escalado hasta los 37 puntos, reflejando la elevada incertidumbre de los inversores. A pesar de que algunos indicadores macroeconómicos, como los datos de empleo en EE.UU., han sido mejores de lo esperado, la percepción de los mercados es clara: el temor a una recesión está más presente que nunca.
Wall Street y Asia siguen la tendencia bajista
Al otro lado del Atlántico, Wall Street ha abierto la jornada en rojo, replicando las pérdidas de Europa. El S&P 500 ha caído un 3,01%, el Nasdaq un 3,32% y el Dow Jones un 2,66%. Las grandes tecnológicas, dependientes del comercio global, han sido las principales afectadas: Nvidia ha caído un 5,79%, Tesla un 7,09% y Apple un 3,08%.
En Asia, la tendencia no ha sido diferente. El Nikkei japonés ha cerrado con un descenso del 2,75%, mientras que el Topix ha perdido un 3,37%. Las automovilísticas Toyota y Nissan han sufrido caídas del 4,41% y 5,51% respectivamente, confirmando que la incertidumbre económica no conoce fronteras.