Por mucho lo que lo diga Paco Ortega, por mucho que lo digan los Polanco, para diciembre no estará terminado el hotel Taoro, ni de coña. Lo último que ha tenido el edificio es un problema de aluminosis, ya resuelto, y aunque las obras ya se ven, ni de broma podrá ser inaugurado en diciembre el Taoro, como tampoco el Camp Nou del F.C. Barcelona. Lo siento por los culés. Échenle un par de años para el estadio y un año más, al menos, para el hotel, que no está previsto que albergue el antiguo casino, aunque sí le dará al parque el empaque que siempre tuvo la zona.
Ya no serán iguales los jardines de Adolphe Coquet, pero sí los podrían copiar. Yo lo haría. El hotel, al menos por lo que veo en la maqueta que ustedes tienen delante, no perderá su personalidad y esto es importante. Por cierto, el Taoro se pegó fuego dos veces a lo largo de sus años de vida. Espero que tampoco pierda los dos bellísimos ascensores de la entrada, ni algunos otros rasgos de su personalidad hotelera. Los jardines del establecimiento fueron diseñados por Adolphe Coquet, que se inspiró en Versalles. Coquet, arquitecto francés, que vivió entre 1841 y 1907, diseñó también el cenotafio del marqués masón de la Quinta Roja, en La Orotava. Es Coquet uno de los grandes de su época. Un portuense como yo arde en deseos de ver terminado el hotel Taoro, al que espero tener tiempo de ir, y que es todo un símbolo de distinción de la época gloriosa del Puerto de la Cruz. Espero que no lo frecuente la gente de medio pelo, que es la que jode todo lo bonito que se construye y todos los ambientes elegantes que se crean.
Ayer estuve por fuera de la valla de las obras –nadie me ha invitado a verlas de cerca— y tomé algunas fotos. Ya se ve que están los trabajos adelantados, pero para diciembre, ni que lo sueñen. Al menos un año más, por mucho que se den prisa, así que no corran para que lo hagan bien.
Ayer, por otra parte, tuvo lugar el Phe Festival, en el Puerto de la Cruz. No tenía ni idea, pero mis hijas me ilustraron. Se esperan entre 4.000 y 6.000 personas por sesión en los dos días que dura. Explanada del muelle, con lo cual no habrá aparcamientos durante dos días. Me mandaron fotos, pero todavía no había entrado la gente. Me dicen que actúa lo mejorcito de cierta música del momento y que durará hasta las doce de la noche. Que ni chiquitas ganas venir del sur para participar en semejante machangada. Bueno, machangada para mí, porque para los jóvenes es una gozada, según me cuentan. Yo me quedé en Julio Iglesias y en José Luis Perales.
Bueno, y en Chago Melián, que ya no cantará más en la Virgen del Carmen de la Hoya, en su pueblo de la Punta. Se han portado fatal con él. En fin, a ver si Chago me dibuja lo que me prometió: una tapa de váter. No hay nada como sentarse sobre una obra de arte. Como no me caben más cuadros en mi casa quiero que me pinten en la tapa de la taza del váter. Chago las borda, con su arte híper realista, una técnica que parece de fotógrafo, en vez de pintor. Los fines de semana me entra la vagancia, así que les dejo con esto, que ya es bastante. Mañana será otro día, como decía cada noche en Radio Juventud el inolvidable Mauricio Gómez-Leal.