El Gobierno italiano, por boca de su presidenta, Giorgia Meloni, reconoció el martes en Buenos Aires a Edmundo González Urrutia como presidente electo legítimo de Venezuela.
Argentina ya lo había hecho, y otros países de América del Sur, pero la Unión Europea, en pleno proceso de formación de la que será nueva Comisión de Ursula Von der Leyen, no lo ha reconocido todavía. Sí había exigido a Maduro que presentara públicamente las actas de los colegios electorales, cosa que el sátrapa venezolano no ha hecho.
En el caso de España, el ministro de Exteriores Albares ha mantenido que seguirá los criterios de la Unión Europea, cuando ésta se pronuncie. Hay que recordar que el expresidente español, Rodríguez Zapatero, parece un embajador volante de Maduro y está próximo a los intereses de éste, que parecen ser también los suyos.
Sin embargo, el Parlamento Europeo, por abrumadora mayoría, aunque no tiene carácter vinculante su votación, reconoció a Edmundo González Urrutia como presidente legítimo, aunque su decisión no ha sido ratificada por la Comisión que preside Von der Leyen, ya digo que en pleno proceso de constitución.
Hace dos días, el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, como se informa en portada de esta edición digital de El Burgado, reconoció al nuevo presidente electo de Venezuela, en nombre de su Gobierno. Y Edmundo González ha manifestado públicamente que el día 10 de enero estará en Caracas para tomar posesión de su cargo. Es muy posible que el dictador venezolano mandará a detenerlo, como ha anunciado en diversos medios.
Enero, pues, será un mes crucial para la política venezolana y la incógnita es si Maduro se atreverá a detener a Edmundo González o sencillamente le impedirá la entrada en el país, desde España, donde actualmente reside. Edmundo González tiene aún parte de su familia viviendo en Caracas y en Venezuela también se encuentra, que se sepa, la verdadera líder de la oposición a Nicolás Maduro, María Corina Machado.
