Después de meses de crecimiento en las encuestas, Vox ha tropezado. Su apuesta por alinearse con Donald Trump ha resultado en una pérdida de escaños y una disminución del apoyo entre su electorado más fiel. Mientras tanto, el PP y el PSOE mantienen posiciones sin grandes cambios, y Podemos logra un leve ascenso que lo acerca a Sumar.
El escenario político en España ha estado marcado por varios asuntos de gran calado: la ratificación de indicios delictivos contra José Luis Ábalos, la condonación de deuda con Cataluña, el debate sobre el gasto en defensa o la delegación de competencias migratorias. Sin embargo, el único gran damnificado en las encuestas ha sido Santiago Abascal, que parece haber pagado caro su reciente respaldo al expresidente estadounidense.
Vox ha frenado su ascenso tras cuatro meses de crecimiento, perdiendo dos escaños en la última estimación. Aunque el partido aún se mantiene con 40 asientos en el Congreso, su respaldo en las urnas se erosiona: solo el 69% de sus votantes en 2023 repetiría su elección, 10 puntos menos que el mes anterior. El trasvase de votos beneficia en gran parte a Alvise Pérez y, en menor medida, al PP, lo que sugiere que parte del electorado ultra está buscando nuevas alternativas.
El punto de inflexión ha sido el viaje de Abascal a Washington, donde reafirmó su adhesión a Trump en plena escalada de tensión entre el republicano y Europa. La estrategia de Vox de defenderlo como un «pacificador» no ha calado en una parte de su electorado, que comienza a distanciarse. No obstante, la formación aún logra captar votos del PP, aunque en menor proporción que en meses anteriores.
Un tablero político sin grandes alteraciones
Mientras Vox pierde fuerza, el resto de partidos apenas experimenta cambios significativos. El PP se mantiene con 148 escaños y el 33,8% del voto, sin que la caída de Abascal le beneficie de forma notable. En el PSOE, la situación es similar: Pedro Sánchez logra un leve repunte hasta el 27,8%, aunque su caída respecto a las últimas elecciones sigue siendo evidente.
La izquierda, sin embargo, sigue sin resolver su fragmentación. Podemos experimenta un crecimiento en las encuestas pese al escándalo de Juan Carlos Monedero, lo que sugiere que su electorado sigue fiel a la formación a pesar de la polémica. El partido suma un escaño más, situándose a apenas 1,2 puntos de Sumar, que continúa estancado en el 6,4% del voto. La división entre ambas fuerzas sigue debilitando el bloque progresista, lo que pone en riesgo su capacidad de influir en la gobernabilidad.
¿Hacia dónde se mueve el electorado?
Más allá de las cifras, las encuestas muestran un patrón interesante en la distribución del voto. El PSOE es el partido más apoyado por los jóvenes, mientras que el PP domina en los rangos de edad más altos. Vox, aunque mantiene un respaldo notable entre los menores de 30 años, se enfrenta a un escenario incierto con un electorado cada vez más volátil.
El tablero político no ha cambiado drásticamente, pero las señales son claras: Vox ha encontrado su techo y su estrategia de alinearse con Trump podría costarle más apoyos de cara al futuro. Mientras tanto, la izquierda sigue fragmentada y sin un liderazgo claro que logre consolidar un proyecto unitario. Con las elecciones aún lejos en el horizonte, el reto para todos los partidos será encontrar la fórmula que les permita no solo mantener su base electoral, sino ampliarla en un contexto de creciente incertidumbre.
Yo votante de vox,no le pienso dar un voto mas,No comparto para nada el apoyo de Abascal a Trump…un error mayúsculo que lo van a pagar muy caro.