Ahora resulta que el Tete lo gana todo y está a seis puntos de la salvación. Ayer le ganó con rotundidad al Rácing de Santander, que está allá arriba. La grandeza de este deporte se centra en lo subjetivo que es. La épica del Real Madrid se produce cuando juega con los mejores, son los petardos los que le ganan y le complican los partidos. ¿Por qué? Porque el Madrid no sabe vencer a los equipos cuyos jugadores pierden tiempo, se tiran al suelo a cada momento y destruyen el fútbol. El Tenerife está a seis puntos del Real Zaragoza, que a poco que se descuide lo tiene encima. ¿Por qué no hizo lo mismo desde el inicio de la temporada? Pues porque había una guerra en los despachos, donde seis o siete hombres ricos se estaban peleando a navajazos. Y eso llega al campo, la sangre se cuela por cualquier lado. La desestabilización de un club no empieza por el vestuario sino por los restaurantes donde engordan los directivos. Paulino estaba más pendiente de si le pagaban la gasolina de la estación de El Sauzal como gasto de representación que de los asuntos deportivos. 180.000 euros al año no los ganaba nadie sino él. Y fracasó. Más tarde empezaron a crearse bandos en los despachos y la sensación de revoltura llegó hasta el equipo, que no daba una. Es difícil que se salve de bajar a tercera –o como se llame eso ahora—, pero lo que es verdad es que el equipo le está echando huevos al asunto y que ahora es un conjunto peligroso, que peleará a cuchillo, como si sus futbolistas fueran la dotación de un barco pirata, para mantenerse en la categoría. El fútbol atrae tanto porque en ocasiones se convierte en una pelea a vida o muerte. El Barcelona, con su torpeza de ayer ante el Betis, desaprovechó la oportunidad de su historia para arrebatarle la Liga al Real Madrid, que jugaba contra un equipo malo, es decir, contra uno de los que se le atraviesan siempre. O casi siempre. Por cierto, quedan nueve partidos de Liga y pueden pasar muchas cosas todavía. A lo mejor resulta que el Barcelona no reacciona y aunque depende de sí mismo, va y pincha. No sé. Este deporte me apasiona, pero ya me duele el pecho cuando veo jugar al Madrid en televisión. Estoy a punto de darme de baja de Movistar y no por lo de Prisa sino porque las puntadas alrededor del corazón no me gustan. ¿O serán gases? Si son gases ya sé cómo resolverlo.
sábado, 17 mayo,2025