El Festival Hispanoamericano –de literatura– de Los Llanos de Aridane, que preside el siempre oportunista Juan Jesús (Juancho) Armas Marcelo no puede decirse que este año haya sido exitoso. No acude nadie a ese evento, supuestamente cultural. Cuenta con numerosas subvenciones y es de suponer que se lleve una contabilidad rigurosa del dinero público aportado, pero conociendo al personaje habría que pedirle un poquito más de seriedad en lo tratado, al menos para motivar al público. Este año, el festival estuvo dedicado a Venezuela y me da que Los Llanos de Aridane, que vive las secuelas del volcán de Cumbre Vieja, debería vigilar un poco quién va, quién no va y a quién interesa este festival. Las fotos que publicamos dan a entender que masiva, lo que se dice masiva, no fue la asistencia.
Juancho tiene mucha imaginación y ha escrito cosas curiosas en su vida y fue amigo de Vargas Llosa hasta que lo echaron como agua sucia de su fundación, o algo así, nadie sabe por qué. Pero que quiera convertir a Los Llanos de Aridane en un cementerio de elefantes, con cuatro gatos entre el público, eso tampoco. Sobre todo, yo recomiendo a los patrocinadores que vigilen las perras, sean públicas sean privadas. Porque en Canarias hay mucho bluf, mucho personaje trasnochado que no viene aquí sino a sacar perras por todos sitios, tipo Juanito Cruz y tipo el propio Juancho. Vale, inventan cosas y tienen un cierto cartel, pero, coño, es que se lo maman todo. Habría que preguntar cuánto le ha pagado la Fundación CajaCanarias a Juanito Cruz por tres machangadas que hace. Desde hace años. Y otras instituciones también. Yo estoy de acuerdo con que hay que buscarse la vida y hay que comer, pero dejen algo para los demás. Cambio de tema. El papa Francisco, que está a punto de decidir una parada en Canarias cuando vuele a Argentina, se ha vuelto a referir a las muertes en el mar en la ruta hacia Canarias. Lo hizo en un avión en el que viajaba por Europa ante periodistas de varias nacionalidades. Y un profesor universitario senegalés opina que son tantos los muertos en el mar –miles y miles, aunque no se sepa con certeza el número– que se puede estar cambiando el ecosistema del mar. Es terrible. Y Sánchez, en las nubes, porque los tontos nacieron para estar en las nubes, volando en una alfombra o en el Falcon. Son miles y miles de muertos que son devorados por los peces. Y, además de la inmensa tristeza de sus pérdidas, están convirtiendo el mar en un gran cementerio, con lo que eso conlleva.
Y otra cosa, ni Pepe Mel, ni Pepe Mal, el Tete sigue perdiendo, pero porque no tiene equipo para ganar. Ayer volvió a palmar ante el Castellón y se hunde en la tabla. O se va Garrido o toman otra medida, pero me da que no sólo es cosa de Garrido sino de la plantilla. Pepe Mel vino a escribir otra novela –es escritor de éxito–, pero me da que de salvar al Tenerife, nati de nati. Está más perdido que el barco del arroz. Como la cosa siga así, al estadio Rodríguez López va a ir menos gente que al festival de Juancho. Que ya es decir.